EL CORREO 04/01/14
· «Han dicho que han causado daño. Muchas gracias, ya lo sabíamos. Por eso están en la cárcel», ironiza el ministro del Interior
Firmeza y, sobre todo, desprecio absoluto. El ministro del Interior subrayó ayer una y otra vez que para el Gobierno el comunicado de los presos de ETA del pasado sábado en el que reconocen el daño causado y renuncian al terrorismo no tiene «ningún valor» y, sobre todo, no va a tener la más mínima consecuencia en la política penitenciaria. Jorge Fernández Díaz, que hasta ahora, como el resto del Ejecutivo de Mariano Rajoy, había guardado silencio sobre el anuncio del EPPK del 28 de diciembre, aprovechó su primera comparecencia pública para subrayar que el Gabinete del PP considera el manifiesto del colectivo de reclusos como mera «propaganda», que «no cambia nada».
Fernández Díaz mostró su lado más cáustico para remarcar el poco crédito que Interior da al documento de los presos. «Han dicho que han causado daño. Muchas gracias, lo sabemos perfectamente. Por eso precisamente están en la cárcel cumpliendo las condenas que se les han impuesto», ironizó antes de recordar, también con sorna, que el anuncio de los presos tuvo lugar el día de los inocentes.
El Ministerio, que hasta ahora había dado la callada oficial por respuesta, ya había anunciado a través de diversos portavoces que va a mantener intacta la política penitenciaria y que el comunicado no va hacer mover un milímetro la dispersión de los 396 internos que se encuentran repartidos por 49 prisiones españolas. Fernández dio a entender que la única fórmula para un acercamiento sigue siendo la individual, la de renegar públicamente de la banda. Un desmarque, dijo, que no ha hecho ninguno de los miembros del EPPK en prisión. «Una declaración general no tienen ningún valor», abundó.
«La responsabilidad penal es personal», apuntó el máximo responsable de la lucha antiterrorista antes de recordar que ninguno de los miembros del EPPK, que siguen fieles a la doctrina de la banda, ha cumplido con las cuatro exigencias para entrar en el plan de reinserción que abre las puertas al acercamiento y, llegado el momento, a otros beneficios penitenciarios. «Estas personas no han pedido perdón a sus víctimas, no se han arrepentido de sus crímenes, no se han desvinculado de ETA ni han manifestado su intención de colaborar con las autoridades judiciales», apostilló.
El ministro dijo en voz alta lo que apuntan los análisis de los especialistas de su Ministerio: que el comunicado del EPPK es parte de una táctica para presionar al Ejecutivo para acercar a cárceles del País Vasco a los reclusos de forma colectiva. «El Gobierno no va a estar pendiente de los comunicados que, por propaganda y al servicio de sus estrategias y para la teatralización que necesita ETA o sus presos, decidan en cada momento. Ese comunicado no cambia nada de la política antiterrorista del Gobierno en general y la política penitenciara en particular», insistió de manera machacona.
El máximo responsable de Interior dejó entrever que el Ejecutivo sólo podría plantearse modificar la dispersión de manera colectiva si ETA desapareciera. Así, dijo, que mientras la banda «persista» no habrá acercamientos más o menos numerosos. Con la organización terrorista aún viva, señaló, la única vía de los presos para lograr cualquier beneficio es que renieguen «de manera pública, clara y evidente» de su militancia.
Críticas del PNV
«El único comunicado que le interesa al Gobierno y para el que el que está trabajando» es en el que la banda terrorista anuncie «su disolución incondicional». «Saben perfectamente que el Gobierno no ha negociado, no negocia y no va a negociar con ETA», insistió una vez más.
La postura del máximo responsable de la lucha antiterrorista choca de lleno con los planteamientos que el PNV ha abanderado en Euskadi en los últimos días. Los representantes jeltzales, desde el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, hasta el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, han insistido en la necesidad de que el Ejecutivo de Madrid varía su política penitenciaria y favorezca el final de la dispersión. Un mensaje que ayer reiteraron los portavoces nacionalistas en el Congreso y el Senado, Aitor Esteban y Jokin Bildarratz. ambos exigieron a Rajoy que rompa su «cerrazón» en materia de pacificación de Euskadi, «gestione» con acuerdos la situación y mantenga la reunión que le ha solicitado el jefe del ejecutivo autónomo para tratar este asunto.
En una conferencia de prensa en Bilbao de balance de la actuación del Gobierno en el último año, Esteban y Bildarratz lamentaron que las propuestas del lehendakari reciban «la callada por respuesta» y que el Gabinete del PP mantenga una «parálisis totalmente incomprensible» en materia de pacificación. Según reprocharon, el Gobierno de Rajoy está haciendo «la misma política» que hace dos años, antes del anuncio del cese de actividad por parte de ETA en octubre de 2011, cuando ahora la situación es «mucho mejor» que entonces, subrayó Bildarratz.