EL MUNDO – 13/05/14
«Hay una agresividad política que no es ajena a la situación que se vive en Cataluña», afirma Fernández Díaz.
El Partido Popular dijo ayer basta. La agresión que sufrieron el miércoles el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, tras un acto de campaña en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) ha sido la gota que ha colmado el vaso para los populares, que ayer denunciaron la violencia que les está acompañando durante la campaña electoral de las elecciones al Parlamento Europeo en territorio catalán.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, elevó el tono de la denuncia y afirmó que esta «agresividad y violencia» que están sufriendo los populares en la región «no es ajena a determinadas situaciones políticas impulsadas en Cataluña», en referencia al proceso soberanista lanzado por Artur Mas y apoyado por ERC y otras entidades políticas y sociales.
El ministro lamentó las dificultades que tiene su partido para hacer actos estas semanas, por lo que reclamó «que se acabe de una vez esta situación de agresividad y violencia que a lo largo de la campaña puedo constatar que se ha producido». Además, fue contundente al insistir en que «algo está pasando en Cataluña y no es ajeno a determinadas situaciones políticas que se han impulsado». En su opinión, se está «fomentando una cierta crispación y división más allá de la que pueda haber en el conjunto de España y que todos conocemos, pero hay una especificidad en Cataluña que explica, pero no justifica en absoluto, esta agresividad que nosotros hemos sufrido a lo largo de la campaña».
Fernández Díaz también cargó contra los Mossos d’Esquadra y los acusó de no actuar correctamente ante los casi 60 manifestantes que aguardaban a la salida a Montoro. El ministro reconoció que «había de todo» entre los manifestantes: «Personas a favor de los presos de ETA, antisistema, mezcla de gente que reivindicaba diferentes cosas. Precisamente, porque había una cantidad de gente heterogénea, debería haber sido necesario un dispositivo adecuado a esa amenaza». Fuentes policiales explicaron que los Mossos conocían la actividad en las redes sociales en las que se convocaban a protestar ante Montoro.
El PP presentará hoy una denuncia en la comisaría de Vilanova i la Geltrú por la agresión.
De momento hay una persona detenida por atacar a un agente unos 20 minutos después de que se fuese Montoro, aunque según fuentes policiales también lo relacionan con el lanzamiento de objetos al coche oficial. También hay cinco identificados más y los Mossos mantienen la operación abierta tras visionar las imágenes de la agresión.
El Departamento de Interior de la Generalitat señaló que los manifestantes lanzaron bolsas y botellas de plástico y algunos objetos de vidrio, además de increpar y golpear los coches oficiales con los pies y con palos. El consejero de Interior, Ramón Espadaler, dijo ayer que el dispositivo policial era el adecuado, ya que había unos 45 agentes entre Mossos y Policía Local. Además, explicó que miembros del PP llamaron al director general de la Policía, Manel Prat, avisando de la protesta, por lo que se envió otra unidad de la Brigada Móvil –allí ya había dos– para evitar incidentes y facilitar la salida de los coches oficiales.
Espadaler explicó que la comitiva con el ministro salió antes de que llegase esta unidad y que no siguió la ruta que los escoltas de Montoro comunicaron a los Mossos antes para la salida, por lo que fueron hacia el grupo de manifestantes sin que los agentes llegasen a protegerlos. El consejero dijo que no hubo «ni pasividad ni negligencia» en el dispositivo policial e instó a que no se saquen «lecturas políticas intencionadas» del incidente. También afirmó que las agresiones se debieron a «disfunciones» atribuidas a la escolta del ministro, como la decisión de salir antes de la llegada de refuerzos.
Un informe del Cuerpo Nacional de Policía al que ha tenido acceso este diario ofrece una versión muy diferente del incidente. Explica que desde la llegada al acto había unas 90 personas de grupos «antisistema, enarbolando carteles contra los desahucios o en apoyo de los presos de ETA», que tenían una «actitud hostil». Por eso, los escoltas pidieron a los Mossos apoyo en la salida para abrir un pasillo igual que se había hecho al entrar. El informe destaca que el ministro y la líder del PP catalán subieron a los vehículos y allí se quedaron unos 15 minutos mientras esperaban que los mossos de la Unidad Móvil les abriesen un pasillo.
Finalmente, ante la pasividad de los agentes autonómicos, los escoltas tomaron la decisión de salir ya que los ánimos de los manifestantes «se encrespaban» y, con ayuda de militantes del PP –que fueron agredidos–, retiraron una maceta que impedía el paso. Los coches salieron mientras los escoltas los protegían «en la calle» y un ciudadano los trasladó después en su coche particular. El informe dice que «no existía perímetro de seguridad vallado» y que los mossos de la Unidad Móvil «no intervinieron en ningún momento para facilitar la salida». También destaca la actuación de la Policía Local y de agentes de seguridad ciudadana de los Mossos para dispersar manifestantes.
EL MUNDO – 13/05/14