EL PAÍS, 30/11/11
El PSE atribuye las críticas de su socio a una «necesidad de escenificación»
El Gobierno y el PSE-EE quitaron ayer hierro a la clara distancia verbal y de gestos con la que acompaña el PP este año su respaldo a los presupuestos. Lo que cuenta, vinieron a decir ambos, son los hechos. Y los hechos son que el socio preferente votará a favor de las cuentas en el Parlamento y dará al Ejecutivo la tranquilidad, muy relativa dada la situación económica, de sus terceras cuentas aprobadas.
El portavoz socialista, José Antonio Pastor, atribuyó a una cierta «resaca electoral y necesidad de escenificación» la elevación de la crítica por los populares y opinó que «no daña la imagen» de la relación mutua. Lo sustancial, «la prueba de fuego», sostuvo, «es la aprobación de los presupuestos». Pastor recalcó que las enmiendas parciales de ambas partes (118 populares y 30 socialistas) están «habladas» y «se respetarán», igual en un sentido que en el otro.
La portavoz del Gabinete, Idoia Mendia, aseguró que el proceso de negociación con el PP ha sido «idéntico» al de años precedentes, con lo que redujo también las diferencias a mera puesta en escena. A nadie se le escapa, sin embargo, el significado de la existencia o no de una foto conjunta y por algo este año el PP no la ha querido. «No me preocupa ese tipo de mensajes», dijo Mendia sobre las críticas del PP a la gestión del Gobierno -«cada vez lo hace peor», sostuvo el lunes el secretario general del PP, Iñaki Oyarzábal- y consideró que el dato de que Euskadi sea la única comunidad con superávit al cierre del tercer trimestre contradice esa acusación. Con todo, se curó en salud al pedir prudencia hasta que se cierre el año.
Mendia mostró su comprensión hacia la búsqueda de un «ámbito de diferencias» por parte del PP. «Coincidimos en lo fundamental», insistió. Replicó a la advertencia lanzada por el PP al lehendakari por sus «prisas y nerviosismo» en la gestión del final del terrorismo, que sí puede considerarse una cuestión nuclear del pacto, señalando que la política penitenciaria debe utilizarse para acabar con las posibilidades de presión de ETA sobre los presos. Salvo quizá en este terreno, donde el PP vasco adelanta que Mariano Rajoy terminará actuando «de manera decidida», cabe prever que el comportamiento de ambos partidos será, de modo inevitable, cada vez más distanciado. El voto conjunto a estos presupuestos puede ser casi el último acto de alcance que coprotagonicen.
El cambio en la relación entre ambos y el esperable descenso en la intensidad de su entendimiento se deducen de la lógica que marcan el relevo en el Gobierno central, por un lado, y el fin del terrorismo, por otro. Ambas formaciones han constatado además, por dos veces ya, en las elecciones locales y forales en mayo y en las generales ahora, que ni uno ni otro ganan en penetración social y electoral con su acuerdo.
El tablero de las alianzas y de normalización en las relaciones está además ahora abierto casi por completo, como demuestra el pacto en Bizkaia, por el que el PP apoyará los presupuestos al PNV. Este partido ha hecho una rápida ciaboga en el enfoque de sus críticas al Gobierno de Patxi López: de deplorar un día y otro su pacto de hierro y su «sometimiento» al PP ha pasado, ahora que también ha pactado con esta formación, a afirmar que el lehendakari se ha quedado solo y sin apoyos. De trasfondo está su interés en una relación ventajosa con un Rajoy en mayoría absoluta.
EL PAÍS, 30/11/11