EL MUNDO – 23/09/15
· Soraya Sáenz de Santamaría aterrizó ayer en la campaña catalana con un mensaje para Artur Mas: si la voluntad del presidente de la Generalitat es la de conseguir una posición de fuerza sobre la base de un gran resultado el 27-S, no le va a servir de nada.
La vicepresidenta del Gobierno afirmó que le llama «muchísimo la atención» determinada gente que apoya públicamente la secesión y «por debajo dice que esto es para negociar o para no negociar». Sáenz de Santamaría dejó claro que el Ejecutivo se toma muy en serio las proclamas de la lista de Mas. Avisó: «En vez de a una declaración de independencia, lo que pueden generar es una declaración de insolvencia. Hay que poner las cosas en su justa medida, hay que cumplir la ley y que se respete la legalidad».
Junts pel Sí, la coalición que integra a Convergència y Esquerra, ha modulado su discurso soberanista en la recta final de campaña. Las encuestas detectan que muchos de los que votarán por la candidatura independentista no quieren en realidad una ruptura, pero piensan que, si la victoria de Mas es amplia, tendrá mejores cartas para negociar con el Gobierno, por ejemplo, una mejor financiación para Cataluña o un blindaje de competencias.
La vicepresidenta quiso avisar contra esa idea, que se está adueñando de la última semana de campaña. También estuvo presente en las conversaciones de la noche, cuando el epicentro de la política catalana se trasladó a los XIV Premios Internacionales de Periodismo de EL MUNDO. La celebración, que coincidió con la del XX aniversario de la edición catalana de EL MUNDO, sirvió para llenar el Liceo de Barcelona de cábalas sobre el resultado del 27-S y apasionadas conversaciones sobre el momento político.
El líder de Ciutadans, Albert Rivera, presente en la celebración, no cree que Mas vaya de farol. «Yo creo que van muy en serio, no han montado todo esto para echarse atrás. Otra cosa es que se estén presentando de una manera más suave para captar más votos», explicó.
Representantes del Gobierno –empezando por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada por los ministros José Manuel García-Margallo y Jorge Fernández Díaz–, diputados y varios de los candidatos que se enfrentan este domingo compartieron, en la recta final para la trascendental votación, unas horas de pausa. Fue una distensión relativa: todos estaban pendientes de sus teléfonos móviles. Y, en los corrillos y en las mesas –compartieron ágape los aspirantes de PP (Xavier García Albiol) y C’s (Inés Arrimadas)–, la sensación general era la de que habrá que esperar a las elecciones generales para vislumbrar una salida al laberinto catalán.