Miquel Giménez-Vozpópuli
- Aragonés ya tiene gobierno, y lo tiene Puigdemont, y lo tienen los separatistas. En la isla de la Tortuga reina la paz
Según estipula la tradición, los piratas suelen pelearse entre ellos a la hora de repartirse el botín. Ahí tienen ustedes esa maravilla de la literatura, ‘La isla del tesoro’, en el que anda la tropa corsaria más que revuelta por un quítame allá ese cofre repleto de joyas y doblones. Claro está que ni Cataluña es una isla, aunque algunos creyeron que fue oasis, ni queda demasiado tesoro por repartir dado que la mayoría se ha malgastado en subvencionar el procés. Pero como sea que todavía no han rascado el fondo de la caja y que papá Estado sigue aprovisionando de soberanos de oro las arcas de la generalidad, las peleas a sable y garfio han sido considerables.
No acababa de parir la burra y parecía que íbamos a unas próximas elecciones. Esquerra se negaba a aceptar el trágala neoconvergente y éstos se resistían a ceder el trono a los de Junqueras. Eran demasiados años decidiendo a quien le daban una subvención, un cargo o un programa en TV3 como para dejarlo todo y cortar amarras. Así las cosas, a Aragonés le llegó la mota negra, terrible amenaza que entre bucaneros significa que has incumplido tus deberes con la hermandad de la costa. El hombre lo ha entendido y se ha logrado que sean catorce las consejerías, una más de las que había, distribuidas equitativamente. Siete para Junts y siete para Esquerra. Es una lástima, porque ya no les venía de otra más para alcanzar el número quince y poder entonar todos, jarra de ron en mano, “Quince hombres van en el cofre del muerto, y una botella de ron”.
Habiéndose producido el parto, las espadas siguen en alto pero relajadas las crispadas manos que las empuñan. Si uno se fija, verá como el reparto del tesoro, léanse las consejerías, muestra por dónde van a ir los tiros. Elsa Artadi se queda como todopoderosa vicepresidenta de Aragonés, acumulando las carteras de Economía, Hacienda y, cuidado con esto, la gestión de los fondos europeos. Es decir, la pela. Eso, además de marcar al president, al que en palabras dichas en privado por un dirigente de JxC “no conviene dejar demasiado suelto porque, a la que te descuides, pacta con Sánchez”. Que en Waterloo no se fían de él es evidente. Torra ya ha salido a decir que no aprueba el nuevo gobierno, Ponsatí critica que no se hayan tenido en cuenta las bases de Junts para el pacto, y las CUP critican a Junts, habiendo incluso llegado a vetar algunos nombres para ocupar determinadas consejerías.
Que estos lo volverán a intentar es seguro. Que sus peleas eran por ver quien se quedaba con la pasta que ha de venir de Europa, también
Pero tanto el presidiario Sánchez como el rehén Aragonés han exhibido la mejor de sus sonrisas. Ja tenim Govern, dicen ufanos, lo que equivale a decir que ya han encontrado la manera de repartirse el pastel sin lamentar desgracias personales. Esquerra se quedará con Interior, dicen que poniendo a Roger Torrent, lo que uno no sabe si es buen o mal negocio porque ya veremos qué hará cuando toque poner orden en las calles entre sus correligionarios separatistas. Recordemos que lo primero que se ha dicho desde este nuevo/viejo gobierno catalán es que harán valer la fuerza del cincuenta y dos por ciento que les han dado las urnas para mantener una “confrontación cívica que lleve al Estado a aceptar una realidad que ha negado hasta ahora”. Volvemos a manifestaciones que acaban en contenedores incendiados, calles sembradas de adoquines, policías malheridos, agresiones a periodistas y todo bajo la plácida mirada de Sánchez, que precisa a Esquerra como socio en el parlamento nacional.
Aragonés puede seguir dando discursos como el de este lunes y hablar de “etapa radicalmente inconformista”, “sin renunciar a la autodeterminación” o lindezas similares. No es más que hojarasca. Que estos lo volverán a intentar es seguro. Que sus peleas eran por ver quien se quedaba con la pasta que ha de venir de Europa, también. Que aquí la gente normal no pintamos nada, está clarinete. En el mundo pirata solo cuentan el capitán del barco, la tripulación y el loro que repite las voces de mando. Es decir, presidente, gobierno y TV3. El resto somos secundarios prescindibles. Esta película ya la hemos visto muchas veces. Y la Armada real llega siempre tarde, mal y nunca.