EL PAÍS, 1/11/11
El Ejecutivo insta a las Casas Vascas a difundir la imagen de una Euskadi en paz
«Se impone la normalidad». El Gobierno puede presumir de haber reconducido su relación con las colectividades vascas en el extranjero tras dos años salpicados de polémicas con algunas de las Euskal Etxea. La celebración, desde mañana en San Sebastián, del quinto congreso que reunirá a los representantes de las Casas Vascas en el exterior es solo una muestra de ello. «En la actualidad no hay ninguna dificultad institucional ni política con el Ejecutivo», admite, como reflejo de la sensación general, el presidente de la Federación de Instituciones Vascas de Uruguay, Miguel Asqueta, presente ayer en una reunión de varias Euskal Etxea en Gernika.
El cambio que desde su llegada a Ajuria Enea trató de plasmar el PSE en la gestión del Gobierno traspasó fronteras y afectó a la relación con los centros vascos en el extranjero. El Ejecutivo se alejó de los símbolos identitarios e impulsó su acción exterior desde el prisma de la «lealtad al Estado» y con un claro contenido económico. Una concepción que, después de tres décadas de trato ininterrumpido con el PNV, no fue bien recibida por algunos colectivos que, aunque minoritarios, consiguieron trasladar una imagen de conflicto, primero, desde Argentina y a continuación, desde Colombia.
La Euskal Etxea de Bogotá declaró en mayo persona no grata al delegado del Gobierno vasco en ese país, Iñaki Martínez, una consideración que no levantó hasta el pasado octubre.
Fuentes del Ejecutivo señalan que han sido solo «casos aislados e impulsados por interés político» en un marco de relaciones que, en conjunto, se pueden considerar «normalizadas y hasta modélicas». Algunos de los centros de la diáspora se mantienen gracias a descendientes de emigrantes vascos en segunda o tercera generación, cuya vinculación a Euskadi resulta más cultural que política.
Coincide con esta interpretación la representante de la delegación de Casas Vascas en Chile Rosane Arza: «Nosotros no nos hemos involucrado nunca en nada político. Nuestra única intención es hacer obra social y reunir a la gente».
Clave en la reconducción de los maltrechos contactos fue el viaje que el lehendakari, Patxi López, realizó en julio de 2010 a los Estados norteamericanos de California, Idaho y Nevada, donde estrechó lazos con algunas de las comunidades vascas en el extranjero más influyentes. Fue la confirmación, para algunas Euskal Etxea, de que el escenario no iba a cambiar tanto como se recelaba, a miles de kilómetros de distancia, desde la llegada del PSE a Ajuria Enea.
El otro hito que puede consolidar el entendimiento ha sido el reciente anuncio de cese definitivo de ETA. A esta novedad aludió ayer el secretario general de Acción Exterior, Guillermo Echenique, al instar a los distintos colectivos en el extranjero a ser «agentes» activos de la nueva etapa transmitiendo «la imagen real de Euskadi y las ansias infinitas de paz de la sociedad». «Los vascos en el exterior han recibido la noticia como aquí, con optimismo y alivio, ya que tenían que explicar que Euskadi era un gran país, pero que vivía aterrorizado por una banda armada», justificó.
El emplazamiento de Echenique fue recibido por los responsables de las Casas Vascas que ayer se congregaron en Gernika con el argumento de que ya que llevan muchos años realizando dicha labor. «Nos sentimos embajadores permanentes, con ETA o sin ella. Una Euskadi sin terrorismo no va a cambiar nuestro rol», remarcó Asqueta. En línea muy similar se manifestó Arza: «Es un orgullo el nuevo escenario, pero transmitir las tradiciones, el idioma, la música, el baile… Esto es algo que ya veníamos haciendo».
EL PAÍS, 1/11/11