EL CORREO 11/09/13
Margallo habla de buscar una fórmula para «encajar en España» a Cataluña y la Generalitat se aferra a su consulta
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, desveló ayer la ficha que pretende mover Mariano Rajoy para atraer a Artur Mas hacia posiciones menos secesionistas: el compromiso de revisar el modelo territorial o, al menos, una mejora sustancial de la financiación que recibe Cataluña, que podría llegar de la mano de la reforma fiscal que prevé presentar el jefe del Gobierno en el primer trimestre de 2014.
El respeto a la unidad de España y el rechazo a un «referéndum pactado», líneas rojas del Ejecutivo
El ministro llegó a decir que el Ejecutivo estaría dispuesto a «buscar una fórmula» que permita a Cataluña «encajar en España». Nadie en el Gobierno ni en el PP se había atrevido a utilizar esa expresión, pero no parece que García-Margallo vaya por libre. La propuesta llegó en la víspera de la Diada y días después de que se conociese que Rajoy y Mas negociaban una salida a esta crisis.
Tampoco se puede hablar de un ‘calentón’, porque el jefe de la diplomacia española aderezó su iniciativa con una reflexión inédita hasta ahora en esta controversia. Recordó que la Constitución española es del año 1978 y concedió que «es probable» que deba ser revisada la organización territorial del Estado, «respetando siempre» el artículo 2 que designa la «indisoluble unidad de la Nación española».
Margallo, que no fue ni desmentido ni matizado por La Moncloa, situó dos claras líneas rojas: respeto a la unidad de España y rechazo a cualquier tipo de «referéndum pactado». La posibilidad de que la Generalitat haga una declaración unilateral de independencia tendría graves consecuencias económicas para empresas y ciudadanos. «El ‘adeu’ a España es el ‘adeu’ a la UE», espetó.
Este y otros mensajes conciliadores llegaron a apenas veinticuatro horas de la celebración de la Diada, en la que hoy se volverá a medir la temperatura de una parte significa-
Ensayo de los actos oficiales en la Ciutadella. tiva de la sociedad catalana, que formará una gran cadena humana de 400 kilómetros para reivindicar la independencia.
Sin «marcha atrás»
El Ejecutivo de CiU intentó ayer minimizar la importancia de sus contactos entre Artur Mas y Mariano Rajoy asegurando que no llegan ni a comisión negociadora y subrayando que en Madrid rechazan una salida pactada de la consulta. Después de haber alejado el horizonte de la consulta sobre la independencia hasta 2016, el presidente de la Generalitat prometió ayer en su discurso institucional del 11-S que el proceso no tiene «marcha atrás». «En 2014, el pueblo deberá ser consultado. Mi compromiso es inequívoco», dijo, antes de prometer que no se apartará «ni un milímetro» de la hoja de ruta soberanista y a aplicarla por el «’catalan way’», la forma de actuar de los catalanes que ha identificado con los conceptos de diálogo, legalidad, amplias mayorías y civismo.
El Gobierno autonómico estaría buscando no tanto el acuerdo como la tolerancia del Ejecutivo de Rajoy. Es decir, que una vez que el Parlamento catalán apruebe a final de año la ley de consultas que facultará a la Generalitat a consultar a la ciudadanía en los aspectos que son competencia autonómica, no se tope con un recurso al Constitucional .