EL CORREO 16/04/14
· Pondrá en marcha el programa Gertu, con el fin de impulsar la participación de los damnificados en procesos de paz y memoria.
El Gobierno vasco pondrá en marcha un programa para tratar de profundizar en el trato personal e individual con las víctimas del terrorismo con el fin de impulsar su participación en el proceso de paz. La iniciativa, que ha sido bautizada con el nombre de Gertu (cerca en euskera), verá la luz en un plazo aproximado de dos semanas. El objetivo, explicó ayer Josu Erkoreka, es «ofrecer una atención más personal y humana» a los damnificados, con un marcado carácter «proactivo».
El lehendakari, Iñigo Urkullu, reveló el pasado viernes la intención de su Gobierno de poner en marcha un proyecto de estas características. El anuncio –aunque muy de puntillas– se produjo en el Parlamento vasco, durante la celebración del pleno de control al Ejecutivo, apenas una semana y media después de que trascendiera el cese de Txema Urkijo como asesor de Víctimas. Son, de hecho, sus dos sustitutos, Aintzane Ezenarro y Enrique Ullibarriarana, los que trabajan en la actualidad en el diseño del nuevo programa, junto con la directora de Víctimas y Derechos Humanos, Mónica Hernando, y el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández.
En la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno, Erkoreka aprovechó para pedir que se deje «tiempo» al nuevo equipo para «desarrollar su labor», «más allá de las desconfianzas». Preguntado por los periodistas sobre las críticas que ha despertado en el PSE y el PP el cese de Urkijo y la designación de Ezenarro y Ullibarriarana –aunque los recelos se han dirigido hacia la exparlamentaria de Aralar–, el portavoz del Ejecutivo de Vitoria reclamó a la oposición que «mire al futuro, en lugar de estar enfrascada en el pasado». «Ha comenzado una nueva etapa con dos personas que conocen la materia y tienen acreditado su compromiso, apoyo y empatía con las víctimas; dos personas que ahora comparten el plan de paz y que encajan perfectamente en el equipo», añadió Erkoreka.
La decisión de crear el programa Gertu, como un «canal fluido» para contactar con las víctimas del terrorismo tiene su origen en las conclusiones que emanan de un informe, similar a una encuesta, elaborado por Instituto Vasco de Criminología, y que lleva de nombre ‘Desazón y esperanza en víctimas indirectas de asesinatos’. El análisis, encargado por el Gobierno vasco y que se realizó entre septiembre de 2013 y el pasado mes de enero, recoge las opiniones de más de 150 damnificados anónimos, la mayoría no adscritos a ninguna asociación. Hasta ahora, la forma más directa de testar a los afectados es a través de los diferentes colectivos. Las personas que aceptaron participar en el estudio –se intentó contactar de inicio con unas 350– son víctimas indirectas. Es decir, familiares de ciudadanos que resultaron asesinados por diferentes grupos terroristas: el 86% por ETA, Comandos Autónomos o Iraultza; el 4,5% por los GAL y el 5,1% a manos de la Triple A y el Batallón Vasco Español. Todas ellas residen en Euskadi, si bien seis de cada diez lo hacen fuera de las tres capitales.
A modo de conclusión, entre otras cuestiones, el informe recoge el deseo, a la par que el derecho, de los damnificados de participar en un debate público sobre las cuestiones que les afectan y, en concreto, sobre su «significado político –reconocido en la ley– vinculado a la deslegitimación del terrorismo». Y es que, según se desprende de la ‘encuesta’, la mitad aseguran no sentirse bien tratadas por las instituciones, de quienes destacan su carencia de apoyo y empatía. A este hecho, se sumaría una «asistencia inadecuada» a nivel judicial o la sensación de «sentirse utilizadas».
Memoriales y archivos
Las víctimas entrevistadas reclaman más consenso político, una mejor utilización del lenguaje –por ejemplo, el término ‘presos políticos’ a la hora de referirse a reclusos de ETA sigue siendo objeto de polémica– y una mayor participación de los afectados en el nuevo escenario abierto tras el cese de ETA. Ahora bien, buena parte advierte que la banda aún no ha materializado su desarme ni su disolución definitiva y teme que los ciudadanos prefieran «pasar página rápidamente», lo que hace aumentar sus percepciones de «impunidad y abandono». Un 42% de los afectados cree que a la sociedad vasca «no le importan las víctimas del terrorismo».
Como mejor contribución ante el final de la violencia, los encuestados destacan la idea de recoger y plasmar sus testimonios en memoriales y archivos digitales. El Gobierno central, en colaboración con el vasco, creará en Vitoria en futuro centro de la memoria por los damnificados del terrorismo. Pero también ponen en valor iniciativas como el programa que impulsa la presencia de afectados, y por tanto de sus experiencias, en los colegios; su participación en debates públicos con el fin de que se escuche su opinión, así como su presencia en homenajes y actos de recuerdo. Entre sus temores, que se dé más importancia a la reinserción de los condenados por terrorismo que a la situación de los damnificados y que exista impunidad. Son varias las víctimas que subrayan la necesidad de arrepentimiento por parte de ETA y de un ejercicio de autocrítica a cargo de la sociedad vasca, por su silencio, y de los sectores que apoyaron el terrorismo.
Con este informe como base, el Gobierno vasco trabaja ahora en la mejor fórmula para canalizar su opinión y, con ello, su participación en el proceso de paz. Tres serán los pilares en mente: memoria, justicia y reparación. «Se trata –subrayó Josu Erkoreka– se afinar más en el trato que ya se venía desempeñando con las víctimas, de poner más el énfasis en una atención individualizada». En fase de elaboración, el programa Gertu verá la luz en las próximas semanas.
EL CORREO 16/04/14