EL CORREO, 19/10/11
Rubalcaba aclara que él no dio el «visto bueno» a la presencia del PSE en el cónclave
El Gobierno vasco y el PSE siguen convencidos de que la conferencia del lunes en San Sebastián puede servir de paraguas para que haya un inminente comunicado de ETA, pero poco más. Los socialistas creen que la izquierda abertzale tomó hace tiempo la decisión de apostar por las vías políticas por la presión ejercida por el Estado de Derecho y que la cumbre del Palacio de Aiete y los pasos dados durante los últimos meses forman parte de una escenificación para ‘vender’ a sus bases el fin del terrorismo. Con estos antecedentes, insisten en que la única «hoja de ruta» que el Ejecutivo busca aplicar es el decálogo presentado por el lehendakari en el Parlamento el 29 de septiembre.
Aquel documento defiende la memoria de las víctimas, la exigencia a ETA para que se «disuelva sin contrapartida ni condición» y un «acercamiento progresivo» de los presos «si favorece la reinserción». Unas bases que siguen en vigor más allá de lo expuesto en el cónclave guipuzcoano. Es más, «la recta final del terrorismo no es un regalo de nadie ni de una conferencia de tres horas, sino de la firmeza del Estado de Derecho, de la resistencia cívica y de la deslegitimación ética de los postulados que daban soporte a la violencia», señaló ayer el consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien subrayó que la conferencia era un gesto que «necesitaba» la izquierda abertzale para que «los facilitadores internacionales o ellos mismos pudieran reclamarle a ETA que tiene que dejar todas las actividades armadas».
El Gobierno recalcó ayer que no se siente concernido ni comprometido por la declaración de Aiete, en la que se aludía a la celebración de una consulta o la puesta en marcha de una mesa de partidos. La portavoz, Idoia Mendia, insistió en que el Ejecutivo solo comparte su primer punto -la petición de dejar las armas- y restó valor al resto porque ETA está «derrotada». «Otra cosa es que les sea difícil digerir que han tirado por la ventana vidas y tiempo mientras otros construíamos el país», explicó. La inclusión de los epígrafes citados fue acogida con malestar por algunos sectores del PSE, que esperaban un comunicado más ‘limpio’, aunque los socialistas no se arrepienten de su presencia en el acto.
A este respecto, Alfredo Pérez Rubalcaba declinó valorar ayer el cónclave, aunque sí dejó claro que él no dio «el visto bueno» a la asistencia del PSE. El candidato del PSOE, que se reunió con el primer ministro británico, Gordon Brown, y con varios líderes socialdemócratas durante una conferencia internacional de la Fundación Ideas en Madrid, evitó explayarse, sin embargo, sobre ese hecho y prefirió centrarse en el «fondo de la cuestión»; es decir, que se están «recorriendo los últimos tramos de un camino largo de lucha y de sufrimiento contra el terrorismo». Así, pidió a los demócratas «unidad, firmeza y prudencia» para no estropear los «últimos pasos».
EL CORREO, 19/10/11