ABC, 14/11/11
Uno de los etarras causantes de la matanza se había dirigido por carta a una de las víctimas
La Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco ha contactado con dos víctimas del atentado de Hipercor de Barcelona para proponerles la posibilidad de participar en un programa de mediación entre víctimas y presos de ETA. Se trata de Roberto Manrique y de Rafael Güell, dos víctimas del atentado de la banda el 19 de junio de 1987 en el centro comercial Hipercor de la avenida Meridiana de Barcelona, con quienes contactaron este verano, meses antes de que ETA decidiera anunciar el cese definitivo de la lucha armada tras 43 años, tal y como anunció el 20 de octubre a través de un comunicado.
Manrique era carnicero en el supermercado y la mujer de Güell, Milagros, murió en el aparcamiento por la explosión de la bomba, y ninguno de los dos han aceptado iniciar este programa. Manrique, ex coordinador del servicio de información y orientación de las víctimas del terrorismo en Cataluña, ha explicado cómo se reunió en un bar del centro de Barcelona con la directora de Atención a las Víctimas, Maixabel Lasa, y el asesor Txema Urkijo. Ellos le plantearon la posibilidad de reunirse con presos de la organización terrorista, aunque él no quiso participar porque está a la espera de que culmine otro proceso en paralelo: que uno de los autores de Hipercor le pida perdón.
Carta de un etarra
El día 4 de mayo recibió en su buzón una carta con el membrete de Lokarri dirigida a él de parte del etarra Rafael Caride Simón, miembro del comando Barcelona, condenado por su participación en el atentado de Hipercor. La carta tiene fecha del 27 de enero de 2011 y contiene fragmentos como éste: «Reconozco el daño y sufrimiento que causaron en personas como usted las acciones llevadas a cabo durante nuestra militancia en ETA. No soy insensible al dolor que las mismas generaron; de ahí mi compromiso sincero en tratar de ayudar a cerrar esas heridas y en que nadie más sufra lo que ustedes han sufrido». «Considero que quienes hemos tomado parte en este conflicto tenemos el deber moral y político de implicarnos en la resolución final del mismo», expone también.
Gestiones de Lokarri
Manrique sigue a la espera de que, tal y como le planteó por teléfono al coordinador de Lokarri, Paul Ríos, Caride le mande una segunda misiva en la que le pida directamente perdón. Por ello, de momento descarta acogerse a la propuesta de la Dirección de Atención a las Víctimas, porque con quien cree que debe hablar es con quienes cometieron su atentado. «Para un terrorista es más difícil enfrentarse a los que le han jodido la vida», ha argumentado Manrique, que explica que por lógica el compromiso personal con tus víctimas directas es más fuerte si te diriges a ellos y demuestra que hay que tener valentía. Sobre si se reuniría con Caride o con otro de los tres condenados por Hipercor, contesta: «Dejo la puerta abierta», aunque a continuación matiza que siempre que llegue ‘la segunda carta’. No obstante, no confía en que los otros tres condenados por el atentado barcelonés Santiago Arróspide Sarasola, Domingo Troitiño Arranz y Josefa Ernaga Esnoz sigan la senda iniciada de manera personal por el que fuera jefe del comando Barcelona.
ABC, 14/11/11