DIARIO VASCO, 14/9/11
El equipo de López debatirá con los partidos el texto que se tratará en las instituciones. Los populares avisan de su negativa a que se «descafeíne» el acto «si se abre a víctimas policiales»
El Gobierno Vasco presentará a todos los partidos, incluido Bildu, el borrador del texto institucional que está elaborando para el Día de la Memoria que se celebrará el próximo 10 de noviembre. La preparación de este acto de reconocimiento a las víctimas del terrorismo, que el pasado año se conmemoró por primera vez, no se prevé sencilla. Las primeras advertencias que ya está realizando el PP sobre la posibilidad de que el acto se abra a víctimas de excesos policiales y la coincidencia de la fecha con la campaña electoral para las generales enmarañarán casi inevitablemente la celebración de un día para el que el Gobierno Vasco asegura querer buscar el máximo consenso entre partidos y entre instituciones.
El primer esbozo del espíritu que el Ejecutivo vasco quiere imprimir a esta jornada se conocerá la próxima semana, pero no será probablemente hasta el debate de política general, el día 29, cuando el lehendakari presente su plan de convivencia y paz, en el que se incluye una mención expresa al contenido y el objetivo que debe tener ese día. En este momento, a dos meses vista, el Ejecutivo, más concretamente el departamento de Interior y el de Justicia, están trabajando en un esquema de organización del acto antes de comenzar a hablar con los partidos tanto del Parlamento Vasco como de otras instituciones vascas, incluida la Diputación de Gipuzkoa, las Juntas Generales o Eudel.
El equipo de Patxi López intentará acercar posturas con otros grupos sobre el mensaje que trasladará el próximo 10 de noviembre para lograr el mayor respaldo posible a un texto que se somete a votación en diputaciones y ayuntamientos, y que el pasado año contó con el apoyo in extremis de todos los grupos a excepción de Aralar y EA, formación esta última ahora incluida en Bildu.
El cambio de signo en las instituciones, especialmente en las guipuzcoanas, llevará al Gobierno Vasco a remitir también a la coalición abertzale, que lidera por ejemplo el Ejecutivo guipuzcoano, el texto en el que, según aseguran fuentes solventes consultadas, se «buscará facilitar» el consenso, «en la línea» que defiende el gabinete de López en esta materia y sin «desdibujar» la memoria de las víctimas. Un planteamiento que deja sin concretar, por ahora, si efectivamente la intención del Ejecutivo de López es «abrir», y «cómo», a otras víctimas de la violencia, en este caso de excesos policiales, esta jornada de memoria y reconocimiento.
El PP vasco, por si acaso, ya advierte de que no consentirá que se «diluya la memoria de las víctimas del terrorismo» ni se «descafeíne» un acto que nació de la Ley de Víctimas, avisa su portavoz en la Cámara vasca. Leopoldo Barreda se muestra contrario a «abrir el terreno a actuaciones que puedan suponer equiparaciones» de las víctimas del terrorismo con otras, y cree que una posible apertura del acto a las víctimas de excesos policiales sería poner al mismo nivel ambos sufrimientos. Los populares vascos coinciden en este planteamiento con el nacional, cuya dirigente Soraya Sáenz de Santamaría también se refirió ayer a este asunto y pidió al PSE que «no desnaturalice la esencia» del Día de la Memoria y reclamó que «se limite a las víctimas del terrorismo».
Acto «de transición»
La posición del PP, que se reforzará cuando conozca el borrador del Gobierno Vasco, sin embargo no sorprende. Y es que los populares son los únicos, junto a UPyD, que no toman parte en la ponencia sobre víctimas de otras violencias que hoy precisamente se reanuda en el Parlamento Vasco con la primera comparecencia, la de la directora de Derechos Humanos del Ejecutivo autonómico, Inés Ibáñez de Maeztu.
Hasta que se conozca cuál es el contenido exacto que propone el Gobierno Vasco para esta jornada, lo que objetivamente parece claro es que el consenso de todas las fuerzas vascas es complicado. Sobrarían, para empezar, «posturas maximalistas», dicen fuentes próximas a la organización de la jornada.
Un deseo que, sin embargo, se antoja casi imposible en un periodo electoral como en el que se enmarca el próximo Día de la Memoria -diez antes que los comicios-. «El tema de la memoria es complejo y espinoso, y en un momento como éste, lograr consensos costará más», auguran dichas fuentes, que creen que el acto de este año puede ser «como de transición».
DIARIO VASCO, 14/9/11