EL CORREO 03/04/13
· La asociación invitó ayer al Ejecutivo a un acto en Madrid, dos meses después de romper todo contacto a raíz de la designación de Jonan Fernández.
BILBAO. Parecía un divorcio sin vuelta atrás, pero las aguas empezaron ayer a volver a su cauce. Dos meses después de que la AVT rompiera relaciones con el Gobierno vasco por el nombramiento de Jonan Fernández como nuevo secretario de Paz y Convivencia, la asociación mayoritaria de víctimas del terrorismo invitó al Ejecutivo de Vitoria a participar en el acto de entrega del II Premio ‘Verdad, memoria, dignidad y justicia’ que concede el colectivo, y que este año recayó en los servicios de emergencias de Madrid. A la cita acudieron la directora de Víctimas y Derechos Humanos, Mónica Hernando, y el coordinador del área de atención a los damnificados, Txema Urkijo.
La presencia de representantes del Gobierno vasco en el acto organizado por la AVT cobra especial significado. Y es que supone abrir una vía para normalizar las relaciones entre el Ejecutivo de Urkullu y la asociación que lidera Ángeles Pedraza, después del portazo que esta última protagonizó a finales del pasado mes de enero. La decisión del lehendakari de colocar al frente de la secretaría de Paz y Convivencia al excoordinador de Elkarri Jonan Fernández cayó como un mazazo sobre la AVT, que no tardó en hacer público un duro comunicado en el que anunciaba la ruptura de toda «relación institucional» con el Ejecutivo de Vitoria. «¿Pretende el señor Urkullu que nos sentemos en la misma mesa que un individuo que perteneció a un partido terrorista que aplaudía y jaleaba todos y cada uno de los atentados de ETA?», se preguntó entonces el colectivo, en alusión al pasado de Fernández como concejal de HB. La AVT renunció, asimismo, a volver a solicitar «ningún tipo de ayuda económica» al Gobierno vasco, «ni ahora ni en el futuro por ética y por respeto» a las víctimas del terrorismo. «Preferimos pasar dificultades y tener necesidades –sostuvieron– que rebajarnos a pedir un solo euro a Bildu, Batasuna y aquellos que durante décadas brindaban tras cada atentado de ETA».
Pese a la rotundidad en las palabras esgrimidas por la AVT, desde el Ejecutivo de Vitoria no cerraron la puerta a un posible acercamiento. La relación entre el colectivo estatal de víctimas y Lakua no ha sido, precisamente, un camino de rosas. Es más, la asociación que en la actualidad lidera Pedraza ha sido desde hace años uno de los mayores azotes de Lakua –como también del Gobierno central–. La Dirección de Víctimas y Derechos Humanos de Vitoria se marcó como uno de sus primeros objetivos establecer un canal de comunicación fluido entre el departamento y los damnificados. En sus dos primeros meses de andadura, tanto Mónica Hernando como Txema Urkijo visitaron a los diferentes colectivos para presentarse en persona y trasladarles los objetivos del Gobierno vasco. Este gesto, que se habría hecho extensivo hacia la AVT, es el que habría servido para iniciar el deshielo entre la asociación mayoritaria y el Ejecutivo de Vitoria, y que se escenificó ayer, con la presencia de la delegación vasca en Madrid.
Respuesta frente al terror
«Verdad frente al miedo, memoria frente al olvido, dignidad frente a humillación y justicia frente a la impunidad», arrancó Ángeles Pedraza durante su discurso con motivo de la entrega del premio concedido por la AVT a los servicios de emergencias de Madrid. Visiblemente emocionada –recordó la labor desempeñada por policías y bomberos tras los atentados del 11-M, en los que perdió a su hija– la presidenta de la AVT estuvo acompañada por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, así como por multitud de representantes institucionales y de víctimas del terrorismo, a las que se dedicó un minuto de silencio.
«Sois un claro ejemplo de la respuesta que una sociedad democrática da a los estragos que pretenden instaurar aquellos que solo conocen el lenguaje de las armas y las bombas», dedicó Pedraza a los galardonados. Madrid ha registrado la explosión de 39 coches bomba que provocaron 54 muertos y más de 400 heridos, que unidos a los atentados del 11-M suman la trágica cifra de más de 400 muertos y más de 2.000 heridos.
EL CORREO 03/04/13