ABC 15/06/13
«Lo normal es que pacten primero los dos grandes partidos», sostiene Santamaría
Misión cumplida. Para el Gobierno de Mariano Rajoy era importante llegar a Bruselas el próximo 27 de junio con un pacto bajo el brazo, y así mostrar a sus socios que la posición de España tiene un respaldo muy mayoritario en el Parlamento. El acuerdo se ha logrado con el jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, y cuenta con el apoyo de casi el 85 por ciento del Congreso, entre los diputados del PP y del PSOE. Por eso, aunque no desprecian en absoluto nuevas incorporaciones, en La Moncloa se considera que el boicot de los partidos nacionalistas al pacto tiene una relevancia mínima.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quiso primero «poner en valor» el acuerdo sobre cuestiones que considera «muy importantes» para España relacionadas con Europa, como son el empleo juvenil, la financiación de las pequeñas y medianas empresas, la lucha contra el fraude fiscal y el avance en la estrategia de crecimiento. «Son elementos fundamentales», subrayó al término del Consejo de Ministros. Por eso, la «número dos» de Rajoy ve muy relevante que «los dos grandes partidos vayan unidos», con una suma de 295 diputados (sobre un total de 350), «que no es una cifra para hablar de soledad».
A partir de ahí, y una vez alcanzado el primer objetivo, que era pactar con el otro gran partido de España, el PSOE, el Gobierno ve positivo que se siga trabajando en el Congreso para incorporar a los grupos pequeños al acuerdo sobre la Proposición No de Ley, que se votará el 25 de junio, justo antes del Consejo Europeo. «Queda tiempo para trabajar», advirtió Santamaría, quien pidió un esfuerzo a todos los portavoces para acercar posturas sobre un texto al que, a su juicio, es difícil oponerse. De hecho, se ha evitado incluir propuestas demasiado concretas para posibilitar una aproximación sin peligro de ruptura.
Pase lo que pase con los grupos nacionalistas y minoritarios, el Gobierno considera que el pacto alcanzado ya con el PSOE es «amplio» y recoge el sentir de una inmensa mayoría de españoles, representados por los diputados de las dos grandes fuerzas. «Lo normal es que primero se pongan de acuerdo los dos partidos que están llamados a tener tareas de Gobierno, ante la Unión Europea es muy importante que vayan de la mano, porque eso da una gran fortaleza a la posición de España», recalcó Santamaría.
Respecto al enfado de CiU y PNV, que se han sentido desplazados en la redacción del texto, por su escasa relevancia en el Parlamento actual, Santamaría ve comprensible que todos quieran tener su parte de intervención. «Trataremos de subsanarlo», prometió. Fuentes de La Moncloa señalaron que será el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso, quien lleve las conversaciones con los nacionalistas, y descartaron un «telefonazo» de la vicepresidenta o del jefe del Gobierno para atraerlos al pacto.
Tensión en el Constitucional
Tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta se refirió también a la tensión vivida en el Tribunal Constitucional, cuando se votó la idoneidad de Enrique López como magistrado, a propuesta del Gobierno. Le salvó el voto de calidad del presidente del TC. Santamaría recordó que cada institución debe cumplir con su papel: el del Gobierno en este caso fue hacer la propuesta y el del TC, analizar su idoneidad. A su juicio, esta se cumplía plenamente.