EL MUNDO 08/02/14
· La petición de auxilio de Homs a los empresarios se interpreta como nerviosismo.
· Sáenz de Santamaría critica los «vaivenes» en el discurso de la Generalitat.
La apuesta política por la consulta soberanista comienza por primera vez a perder fuelle en el discurso de la Generalitat, tras conocerse la existencia de mensajes divergentes en el seno del Govern de Artur Mas. El president empieza a flaquear. Así interpreta el Gobierno la petición de auxilio que el conseller de Presidencia, Francesc Homs, hizo hace dos semanas a empresarios madrileños en una cena en casa del vicepresidente del Fútbol Club Barcelona, Carles Villarrubí. A esta solicitud se suma el pretendido equívoco, por parte de la propia Generalitat, sobre si en ese hipotético referéndum los españoles podrían o no votar.
Ayer mismo, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, criticaba los «vaivenes» de la Generalitat de Cataluña sobre la consulta que pretende celebrar el 9 de noviembre. «Oímos muchas cosas y cada día nos plantean una cuestión diferente», señaló.
La introducción en el debate de nuevos matices y los lamentos de Francesc Homs sobre el bloqueo a la consulta ante destacados miembros de la patronal, con el propósito de que se traslade este mensaje a Mariano Rajoy, suponen para el Ejecutivo central una clara señal del nerviosismo de Mas. El Gobierno piensa que el president se afana ya en buscar otras salidas. Pero no es él único que lo está haciendo.
En este nuevo escenario, con la vía del referéndum, en cualquiera de sus formulaciones, completamente taponada, donde ya no se espera una respuesta de Rajoy sino un nuevo movimiento en el tablero de la Generalitat, se produjo esta semana la reunión entre Sáenz de Santamaría y el portavoz de CiU en el Congreso y líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida.
En Moncloa son conscientes del momento de asfixia por el que atraviesa el president, pero no quieren obturar todos los canales de diálogo con Cataluña. Si la comida se hizo pública, según fuentes del Gobierno, fue para darle un cariz institucional, en compensación con la falta de comunicación entre Rajoy y Mas.
El pasado 12 de diciembre, cuando el president de la Generalitat pactó con su socio republicano, Oriol Junqueras, y con ICV-EUiA y la CUP la fecha y las preguntas de la consulta, no hubo ningún tipo de contacto previo entre Moncloa y elGovern. A ningún nivel institucional. La cita entre Sáenz de Santamaría y Duran Lleida supone el primer gesto de regreso a cierta normalidad.
A pesar de que el jueves llegó a difundirse que se había celebrado un encuentro entre Rajoy y Mas, el Gobierno insistió ayer en desmentirlo y avanzó que ni siquiera está previsto. No obstante, Duran Lleida trabaja encarecidamente en que haya finalmente entrevista. Rajoy es muy dado a hacer públicas a algunas de sus reuniones justo después de que se produzcan, como sucedió este martes con el encuentro mantenido en el Palacio de la Moncloa con el lehendakari, Iñigo Urkullu.
Con cita o sin ella, en los últimos días en círculos políticos se empieza a dar por hecho que el Gobierno trabaja en la consecución de una solución al asunto catalán. Durante semanas ha dado la impresión de que el inmovilismo de Rajoy y la simple apelación a que la consulta no se iba a celebrar no escondía nada más detrás. Esa sensación ha cambiado notablemente. En el Congreso los portavoces de los grupos parlamentarios consultados, al margen de PP y PSOE, ven en la presentación por parte de los partidos mayoritarios de la misma iniciativa, para recuperar el recurso de inconstitucionalidad previo en la reforma de los estatutos de autonomía, la pruebadelalgodón de este cambio. «Se está preparando algo, pero a más largo plazo», apuntaba esta semana uno de ellos. Sin embargo, en estos momentos no se alcanza todavía a vislumbrar la jugada. Una reforma de la Constitución o del Estatuto, según a quien se consulte, que acabara de encajar la Cataluña actual en España.
En todo caso, existe unanimidad a la hora de vincular la propuesta del recurso de inconstitucionalidad previo, fruto de un acuerdo entre Rajoy y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, con la cuestión catalana. Se trata de una iniciativa gestionada con sigilo y que ha sorprendido incluso en Cataluña. Cuando se debata, posiblemente las dos propuestas fundidas en una sola, CiU no descarta apoyarla, según han reconocido fuentes del grupo parlamentario.
Mientras la ansiada vía de salida, a corto o a largo plazo, acaba de dibujarse, el Gobierno profundiza en su argumento de que la consulta, vinculante o no, no cabe en la Constitución Española porque lo que persigue es cambiar el modelo de Estado, y sobre este asunto no se pueden hacer prospecciones. Irrita mucho en el Ejecutivo que en Cataluña se mantenga que sólo se pretende hacer una encuesta. La puesta en marcha de un proceso de independencia de una comunidad autónoma «no puede hacerse por un procedimiento ajeno a la Constitución», reiteró ayer Sáenz de Santamaría.
EL MUNDO 08/02/14