EL MUNDO 23/02/13
· El Gobierno cerró ayer filas en torno a la Corona defendiéndola frente a las voces que han surgido en los últimos días reclamando la abdicación del Rey y tendiendo un cortafuegos ante las informaciones que afirman que el propio Don Juan Carlos sopesa dicha posibilidad en favor de su hijo.
La vicepresidenta Sáenz de Santamaría puso por fin voz a la posición del Ejecutivo después de que el presidente Mariano Rajoy guardara calculadamente un estricto silencio sobre el tema durante los dos días del Debate sobre el estado de la Nación.
Precisamente coincidiendo con la sesión parlamentaria, por primera vez en la historia de la democracia un político, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, verbalizó lo que la calle empieza a comentar, sobre todo desde que el Rey cumplió 75 años: la posibilidad o la necesidad de que Don Juan Carlos abandone el reinado. Ayer mismo, tanto Raúl del Pozo en EL MUNDO, como José Antonio Zarzalejos en su artículo digital de El Confidencial, volvieron a referirse a la hipotética abdicación del Monarca.
Del Pozo lo niega por boca del director del CNI, el general Félix Sanz: «No se va ni con agua». Zarzalejos, sin embargo, cita fuentes de la Casa del Rey para afirmar que lo está pensando. Desde Zarzuela, un portavoz oficial negó de manera taxativa que Don Juan Carlos tenga en mente la posibilidad de abdicar a corto plazo.
También para rechazar la hipótesis habló la número dos del Gobiernohaciendo una defensa encendida del Rey apenas unas horas antes de que el yerno del Monarca, Iñaki Urdangarin, se presente, en calidad de imputado, a declarar por sus oscuros negocios ante el juez José Castro. Santamaría lo hizo consciente de que la institución monárquica se encuentra ahora en un momento de muy baja popularidad.
Pese a todo, la vicepresidenta puso empeño en destacar la «estabilidad política» que Don Juan Carlos, ha aportado a España durante más de tres décadas y ello, dijo, «más allá de los avatares» que el Jefe del Estado ha sufrido a lo largo de su vida.
Su tarea, insistió la vicepresidenta, ha sido «esforzada» y siempre «en beneficio de la estabilidad del país a través de su papel de árbitro y moderador de las instituciones» y con el objetivo de «buscar consensos». Con este pronunciamiento, el Gobierno se sumaba al mensaje lanzado por el portavoz oficial de Zarzuela.
Pese al mal momento que atraviesa la imagen de la Familia Real, el Ejecutivo no contempla tampoco proyecto alguno para dotar de transparencia a la institución, ni se plantea la posibilidad de desarrollar por fin, mediante ley orgánica, la figura del Rey y todo lo que le atañe; en definitiva, el título II de la Constitución.
Santamaría insistió en que la Casa del Rey no quedará incluida en la futura Ley de Transparencia, pese a que lo reclaman todas las fuerzas políticas de oposición. El argumento del Gobierno incide en que el Convenio Europeo en materia de Transparencia no incluye a las casas reales, aun cuando estén sostenidas con fondos públicos.
Igualmente, se descarta, al menos a medio plazo, la posibilidad de dar desarrollo legislativo al Título II de la Carta Magna, en cuyo artículo 57 se dispone la necesidad de contar con una ley orgánica, que actualmente no existe, para resolver posibles procesos de abdicación y renuncia en el orden de sucesión. «Debemos ir por partes», dijo la vicepresidenta, «a la hora de emprender desarrollos normativos que están pendientes desde hace muchos años».
En cualquier caso, los pronunciamientos oficiales no han servido para disipar los comentarios. Tampoco ha ayudado el anuncio de la sexta operación del Monarca en menos de tres años. El 3 de marzo, el Rey volverá al quirófano para operarse de una antigua hernia discal. En la Casa del Rey no se quiere poner fecha a su regreso a la actividad.
La próxima semana, Don Juan Carlos tiene un solo acto previsto: el miércoles por la tarde recibe al ministro de Exteriores de Portugal, Paulo Portas. Será, presumiblemente, su última audiencia hasta que sea dado de alta.
El caso Urdangarin y la caída en Botsuana han modificado los afectos de los españoles hacia Don Juan Carlos. Las últimas encuestas de EL MUNDO indican una notable caída en la popularidad de la Monarquía. Hace dos semanas, en el estadio Buesa Arena, de Vitoria, el Rey recibió una monumental pitada en la final de baloncesto de la copa que lleva su nombre. Durante el partido, los aficionados entonaron la canción infantil: «Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña…».
EL MUNDO 23/02/13