La difusión exterior del proyecto secesionista de Carles Puigdemont costará a los catalanes 6,5 millones de euros públicos en 2017. El Govern ha decidido duplicar el presupuesto destinado a financiar el funcionamiento de las embajadas catalanas en el extranjero –que hasta ahora absorbían tres millones de euros anuales– para «preparar el proceso constituyente de la República catalana que se ganará en las urnas».
Así lo defendió ayer el consejero de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, cuyo departamento fue creado a inicios de esta legislatura con el objetivo de convertirse en uno de los «ministerios básicos del nuevo Estado» que Junts pel Sí está ideando junto a la CUP.
Romeva defendió la «necesidad» de duplicar la financiación de las delegaciones de la Generalitat por la «inexistencia de un Estado que defienda los intereses de Cataluña en el extranjero». El ex dirigente de ICV consideró que «la política exterior catalana es imprescindible» porque el Gobierno «hace la política del perro del hortelano: ni hace ni deja hacer». «Y lo que hace es para que los otros no hagan», apostilló Romeva para acusar al Ejecutivo liderado por Mariano Rajoy de boicotear los actos organizados por la Generalitat en el extranjero para difundir su propuesta independentista y la necesidad de celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña en este mismo año.
El enorme crecimiento de la red de embajadas catalanas explica el aumento de la partida presupuestaria destinada a financiarlas. En 2016, la Generalitat anunció que en el plazo de un año pasaría de tener de siete a 17 delegaciones en el extranjero al incorporar las de Lisboa, Roma, Copenhague, Varsovia, Ginebra, Zagreb, Rabat, Seúl, Buenos Aires y México DF.