La consellera de Presidencia de la Generalitat y portavoz del Govern, Neus Munté, apostó ayer por impulsar movilizaciones «unitarias y contundentes» en caso de que Forcadell sea inhabilitada. «Si llega una decisión así, que espero que no llegue, deberá ir seguida de una respuesta como siempre cívica, pacífica y 100% democrática» de la ciudadanía, los partidos políticos y las entidades soberanistas, explicó en una entrevista de Europa Press.
Munté propuso que, en caso de inhabilitación, las fuerzas soberanistas envíen un mensaje de unidad y civismo. «Nos miran y nos observan desde fuera», insistió la portavoz del Govern, en la línea que llevan los independentistas de apostar por la internacionalización de sus reivindicaciones. Por eso entiende que el mensaje que llegaría al extranjero sería el de un Estado español posicionado «como un muro granítico» con «cero diálogo, incomprensión y persecución de un proceso democrático».
La inhabilitación de Forcadell sería, en este contexto que dibuja, una decisión «tremendamente injusta a los ojos de todo el mundo», especialmente por tratarse de una presidenta parlamentaria elegida democráticamente, según argumenta Munté.
La portavoz del Govern se refirió a las ocasiones en que el Gobierno del PP ha planteado cuestiones de inconstitucionalidad ante normas y leyes catalanas, y que los magistrados han optado por desestimar o por levantar suspensiones tras lo que, a su juicio, es un análisis coherente de la situación.
Si se consumara la amenaza de inhabilitación, con todo Munté entiende que la presidenta del Parlament debe seguir desempeñando sus funciones, incluido la moderación de los plenos parlamentarios. Se da el caso de que en septiembre la agenda de la institución ya prevé la celebración del primer pleno del periodo de sesiones para los días 20, 21 y 22, y también debería presidir Forcadell el debate parlamentario del día 28 en que Carles Puigdemont se someterá a una cuestión de confianza.
Orillando la idea de la desobediencia, Munté se aferra al mensaje que han transmitido estos días también los ex presidentes del Parlament Joan Rigol, Ernest Benach y Núria de Gispert, en el sentido de apoyar a Forcadell por entender que está legitimada para ejercer sus funciones por el mandato democrático del 27-S, el que se deriva de las últimas elecciones autonómicas catalanas.
«Me niego a dejarme llevar por el lenguaje de desobediencia en sentido negativo cuando lo que estamos haciendo en Cataluña es profundamente en positivo y no va contra nadie», se defendió Munté, que reiteró que Forcadell «cumplió estrictamente con el reglamento» de la Cámara, que dice que se puede incluir una votación en el orden del día si dos grupos lo solicitan: en este caso, lo hicieron JxSí y la CUP.