El Govern no acatará la suspensión

· La Generalitat no acatará la suspensión del Tribunal Constitucional (TC) del decreto independentista aprobado el lunes por el Parlament. En su primera reacción a la decisión, la vicepresidenta del Gobierno catalán, Neus Munté, dejó anoche claro que sólo se someterán al mandato del Parlament, como apunta el texto anulado.

Munté quiso poner un punto de prudencia en su declaración y rehuyó en todo momento las palabras desacato o desobediencia. Pero confirmó por omisión la voluntad del Govern: garantizó que tienen «la voluntad de seguir adelante» en la aplicación del pacto entre Junts pel Sí y la CUP, que consagra el inicio de la ruptura con España y que especifica que no se someterá a las decisiones del Constitucional.

Así, Munté subrayó que la voluntad del Govern «no es desobedecer [al TC], sino una obediencia a un mandato democrático que emana» del Parlament.

La suspensión de la resolución independentista, que era automática después de que el TC aceptara a trámite el recurso del Gobierno, llega en un momento especialmente convulso en Cataluña. Aunque todavía no hay Govern –por el veto de la CUP a Artur Mas y la negativa del president a renunciar en favor de otro candidato–, el texto que aprobó el Parlament establece un plazo de un mes para desarrollar tres leyes clave para la «desconexión»: la del proceso constituyente, la de la Seguridad Social y la de la Hacienda propia.

Munté se escudó en que la decisión del Govern de desoír al TC no supone más que dar «estricto cumplimiento» a un Parlamento catalán que tildó de «soberano»

Además, la vicepresidenta del Ejecutivo catalán –que sigue en las quinielas, junto a Raül Romeva, para sustituir a Mas si el president se acaba resignando a no repetir en el cargo– acusó al Gobierno de Rajoy de «utilizar» el Tribunal Constitucional para poner «una mordaza» a los «anhelos de libertad» de Cataluña.

«Hubo un debate y una votación en el Parlament, que salió adelante por mayoría absoluta, en favor de una resolución que inicia el proceso hacia el Estado propio», sostuvo. Y añadió: «Mariano Rajoy nos sorprende cuando dice que defiende la democracia y los derechos de los catalanes, porque hace mucho tiempo que echamos de menos un Estado que nos defienda. La democracia no está en juego en Cataluña».

En opinión de la vicepresidenta en funciones de la Generalitat, el Ejecutivo que dirige Mas tiene una «clara legitimidad» para aplicar la resolución independentista. La vicepresidenta y diputada de Junts pel Sí también afirmó que no ha recibido aún ninguna notificación por parte del TC. Munté es militante de Convergència, pero la coalición Junts pel Sí también engloba a ERC, que fue ayer más dura.

El cabeza de lista de ese partido a las elecciones generales, Gabriel Rufián, dijo que el TC se ha convertido en «el brazo armado de un Gobierno indecente e indigno».

«La noticia es que no hay noticia. Extraños constitucionalistas y legalistas aquellos que se reúnen durante unas horas y van en contra del mandato popular de la gente, porque se está hablando de desafío, golpe, amenaza y botón rojo, hablando de lo que la gente ha votado», insistió Rufián.

«Respetamos enormemente las decisiones de otro Estado, pero teniendo claro que es otro Estado», aseguró en referencia a la ruptura que se anunció el lunes. «Hemos iniciado un camino que es el de armar una república independiente, obedecer a una nueva legalidad, un nuevo Estado de Derecho y una nueva Constitución».

La jefa de la oposición en el Parlament, Inés Arrimadas, apoyó la decisión del TC porque, afirmó, la Justicia y los tribunales deben actuar «cuando unos políticos dicen que se saltarán las leyes».

Añadió que la suspensión «no puede sorprender a nadie» y que en cualquier país democrático habría ocurrido lo mismo.

EL MUNDO – 12/11/15