El Govern afianzó ayer su tesis de que el referéndum unilateral de independencia es la única salida que le queda al proceso soberanista. Lo hizo tras una cumbre que, sin ningún acuerdo concreto, sí se tradujo en dos ideas. La primera, que en un plazo máximo de dos semanas fijarán la pregunta y la fecha para el referéndum. La segunda, que el único culpable de que el diálogo esté «muerto» es del Gobierno.
La reunión de ayer fue convocada de urgencia por Carles Puigdemont después de que el presidente del Gobierno dejara clara su postura sobre el referéndum durante el fin de semana: «Ni puedo ni quiero», dijo Mariano Rajoy. Presionado también por las organizaciones soberanistas –ANC, Òmnium y la AMI– y por sus socios de ERC para que dicte cuanto antes fecha y pregunta, el president vio en la cumbre de ayer la mejor forma de escenificar la unidad soberanista para allanar la vía unilateral.
La portavoz del Govern, Neus Munté, certificó tras la cita en el Palau que el día y la pregunta para la votación se conocerán «sin dilación» en las próximas semanas. «Es un compromiso irrenunciable», abundó antes de culpar de ese nuevo escenario unilateral al Gobierno, al cual acusó de haber dejado en «vía muerta» toda opción de una salida dialogada. «Nosotros no la damos por muerta. Pero la realidad es muy tozuda. [El Gobierno] no la quiere ni la ha querido en los últimos siete años».
El Govern no incluye entre las opciones viables para conversar el debate en el Congreso de los Diputados que les ofrece el PP. Una alternativa jamás contemplada por el Ejecutivo catalán a sabiendas de que no sobreviviría ninguno de sus postulados y que, según Munté, es poco menos que una hipocresía. «Es una gran contradicción invitarnos a negociar en el Congreso y decirnos, al mismo tiempo, que [el referéndum] es innegociable. No hay mejor definición de vía muerta», dijo.
A la cita acudieron todos los partidos favorables al referéndum, incluida la marca de Podemos en Cataluña y con la excepción de los comunes, el partido espoleado por Ada Colau. Aunque el Govern criticó a estos últimos por «autoexcluirse» y defendió la presencia del podemita Albano Dante como muestra de la «transversalidad» del referéndum, el propio portavoz se encargó de enfriar esa lectura. Rechazó la unilateralidad y reclamó que se agoten todas las vías de diálogo. La CUP fue la más directa al exigir fecha para la votación. Su portavoz, Anna Gabriel, reclamó que «la próxima vez que se nos convoque sea con fecha y pregunta ya formuladas».
La cumbre llevó ayer al Gobierno a tomar posiciones, pese a que fuentes de Moncloa aseguran que ignoraban «lo que se iba a anunciar». Temiendo que se fijara fecha, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, convocó de urgencia a los medios de comunicación para reiterar la propuesta de que el president de la Generalitat acuda al Congreso. «Ahí es donde en democracia se encuentran las soluciones políticas a cualquier problema de España», señaló. «Un referéndum para la independencia de Cataluña es innegociable, pero no se defiende con los propios y en reuniones cerradas, se lleva al Congreso y se escucha a todos», indicó.
Al margen de insistir en esta vía, el Gobierno incidió en una idea que desvirtúa la defensa que la Generalitat hace de una consulta: la posibilidad de que el horizonte real sea unas nuevas elecciones. «Aquí hay mucha más táctica electoral de Puigdemont y de los suyos que estrategia», aseguró la vicepresidenta. «Tenemos la sensación de que con estos anuncios de anuncio lo que busca es la reacción de los demás para vender un victimismo que ya no cuela». Por ello, Saénz de Santamaría evitó precisar qué hará exactamente el Ejecutivo si se convoca la consulta.
Este es el convencimiento del Ejecutivo. Fuentes de Moncloa plantean que la apuesta por el referéndum puede conducir directamente a unas elecciones porque no son «escenarios incompatibles». Se convoca, el Constitucional lo paraliza y ante la imposibilidad de realizarlo, se opta por unos nuevos comicios plebiscitarios. Tras la inhabilitación de Artur Mas y Francesc Homs nadie se va a arriesgar con el referéndum, explican.