TEODORO LEÓN GROSS-ABC
- La moción de censura con la que llegó al poder ya se apoyaba en un bulo
El PP de Feijóo tiene un nuevo examen con la Máquina del Fango, y seguramente un examen definitivo. ¿Volverá a fallar? En la campaña del 23J, Génova fracasó cuando el equipo de Sánchez, un político con todo para haber reventado bajo el peso de sus mentiras, supo convertir la campaña en un auto de fe contra «las mentiras de Feijoo». Un descaro acojonante, sí, pero tuvo éxito. El PSOE fue implacable al proyectar sobre su rival el estigma que perseguía y persigue a Sánchez. No se trata de una proyección psicológica, ese mecanismo de defensa para atribuir a otro algo que nos mortifica, sino del repertorio trumpista para desacreditar al rival con mensajes desconectados de la realidad en función de tus necesidades. Ahora, de nuevo, el Rey del Fango se propone cargar a Feijóo con el estigma del fango. Y Sánchez es un competidor peligroso, un tipo sin escrúpulos capaz de todo, incluso usar a su mujer para redimirse ante los suyos… pero no debería haber indulgencia para el PP si no sabe contrarrestar esta campaña.
Si en España hay una Máquina del Fango, no hay duda de que es el sanchismo. La moción de censura con la que llegó al poder ya se apoyaba en un bulo. Ahí sigue con Tezanos, cuyos sondeos son bulos en sí mismos. La portavoz del Gobierno, en otro bulo, lo definió como «el sociólogo que acierta en las encuestas». Con la Fiscalía General, mismo plan. Óscar Puente, figura estelar del último gabinete sanchista, es un bolero en serie. Bolaños, otro artista del género, aunque no tipo ‘pitbull’ sino falsario impasible, difundió que «la Comisión de Venecia avala la ley de amnistía». Y de los autores de ese bulo mayúsculo, ahora llega que la ONU condena las leyes de memoria, cuando se trata de relatores con información de parte. Siempre hay, claro está, periodistas de acompañamiento, capaces incluso de firmar el bulo del «golpismo mediático y judicial». De bulo en bulo, la Máquina del Fango sanchista llegó al ‘lawfare’ o la amnistía.
No debe de ser fácil dar con un perfil equiparable, en una democracia occidental, que le pueda disputar a Sánchez el título de Rey del Fango. Muchos políticos han entendido el valor de la mentira; pero pocos se han atrevido a usarla así. El listado es interminable, desde el Comité de Expertos de la pandemia al segundo país en fosas sólo por detrás de Birmania o Camboya, según el día. Eso sí, entre todos los bulos que jalonan la trayectoria del sanchismo, se impone, sobre todo, el relato catalán. Ese es, sin duda, el Gran Bulo: sostener que la amnistía es un proyecto de concordia para Cataluña, y no el mercadeo con el Estado de derecho para comprar siete votos y garantizarse el poder. Incluso desmentido por la otra parte, no se arrugan. Ahí sigue la Máquina del Fango produciendo bulos con las cámaras de eco de las redes. Lo último es el victimismo del presidente enamorado en defensa de su mujer para culpar del fango al PP. Van a por todas y el PP no puede volver a fracasar. Es una prueba decisiva.