EL ECONOMISTA 26/04/17
JOAQUÍN LEGUINA
Las buenas estadísticas son odiadas por los ideólogos y por los sectarios de toda laya, pues es más fácil inventarse la causa de cualquier fenómeno social que demostrar esa causalidad. Por eso estas gentes no dejan de usar estadísticas convenientemente manipuladas y machaconamente publicitadas.
De entre todas, destacan dos series de mortalidad ampliamente publicitadas: las muertes en accidente de tráfico y los asesinatos por «violencia de género». Durante 2016 se produjeron en España 1.160 muertes en accidentes de tráfico en vías interurbanas. La DGT suministró también las «causas»: distracciones, velocidad inadecuada, cansancio, drogas, alcohol, no usar el cinturón… Pero los periódicos se olvidan de que el 75% de las muertes sucedieron en carreteras «convencionales», es decir, que sólo el 25% de los muertos se accidentaron en autovías o autopistas. ¿Y dónde tiene la DGT sus radares? Pues en estas últimas. ¿Para evitar accidentes? Pues no, para poner más multas.
El año pasado, 44 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, pero se ocultó que ese número fue el más bajo desde hace años y también que el 35% de los asesinos eran extranjeros y entre las mujeres asesinadas el 43% eran extranjeras. Proporciones que están muy por encima de las proporciones de extranjeros respecto a la población, tanto masculina como femenina, nacida en España. ¿Alguien sabe cuántos asesinatos de este tipo se producen en parejas de igual sexo? No. Eso también se oculta cuidadosamente.
Otra censura es la que oculta también las muertes por suicidio (en España fueron 3.602 en 2016) ¿Por qué? Se dice que su publicación podría incitar al suicidio, pero yo tengo otra respuesta: el 74,4% de los suicidas en 2016 fueron varones y tan apabullante diferencia respecto a las mujeres no les gusta nada a quienes sostienen que es el «heteropatriarcado» el origen de todos los males.