José Antonio Zarzalejos EL CONFIDENCIAL 23/11/12
“Y así, viendo que el juego de la catalanidad es inseparable de un intervencionismo hispánico, son muchos quienes se preguntan si no es hora ya de que Cataluña tenga plena responsabilidad de organizar su o sus parcelas de España y de plantear con Castilla un programa común para todos los pueblos peninsulares.” (Jaume Vicens Vives. Noticia de Cataluña. Página 180. Editorial Destino. 2012).
CiU y Mas van a poder disfrutar de un fin de campaña -hoy- verdaderamente clamoroso. Al presidente de la Generalitat de Cataluña se lo han puesto a huevo: el comisario-jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales ignora la existencia del traído y llevado informe supuestamente elaborado por funcionarios de su unidad, publicado por el diario El Mundo, según el cual, tanto Mas como Pujol habrían incurrido presuntamente en delitos económicos; y el ex militar golpista Antonio Tejero denuncia al presidente catalán -¡él, precisamente él!- por la posible comisión de los delitos de conspiración y proposición para la sedición.
v:shapes=»_x0000_i1025″>De ninguna de las maneras podía preverse que la respuesta al órdago secesionista del independentismo catalán fuera tan torpe, tan limitada, y a la postre, tan favorable para la causa que se pretendía combatir
¿Podía esperar Artur Mas que sus adversarios marcasen tantos goles -y tan seguidos- en propia meta? ¿Acaso llegó CiU a suponer que sus oponentes carecían, más que ellos, de estrategia para combatirlos al punto como lo han hecho, chapuceramente? ¿Por qué el Gobierno no se ha adelantado y ha puesto las cosas en su lugar y, en cambio, ha ofrecido todo el margen para que los estrategas convergentes optimizasen los errores de los que, con un afán patriótico tan sospechoso como mentecato, dicen oponerse sin tibieza a los propósitos secesionistas del nacionalismo catalán?
Contemplemos perplejos cómo la política se reduce a una serie de movimientos pedestres, profundamente estúpidos, aunque pretendidamente maquiavélicos… demostrando que más parece que el debate público se sitúe en el siglo XIX que en el XXI. De ninguna de las maneras podía preverse que la respuesta al órdago secesionista del independentismo catalán fuera tan torpe, tan limitada, y a la postre, tan favorable para la causa que se pretendía combatir. De nuevo ha estado ausente la política, el discurso de Estado, la gran estrategia, la anticipación, esto es, aquello que distingue la política de la discusión de corrala. CiU ha jugado a la contra y entre el informe fantasma y el fantasma de Tejero ha enhebrado un relato de acoso español contra “la voluntad de un pueblo” que sólo puede darle réditos en una sociedad replegada sobre sí misma.
Las grandes causas españolas en los últimos años se han mercantilizado por determinadas instancias. Cuando no era una conspiración que ponía en la picota a la Policía, a los jueces y a los partidos, era -como ahora- un informe en “borrador”. De por medio, medios. Y ventas, y notoriedad y afanes personales de mando y de influencia social. España, a la cola. Y en la cola está, como tendremos ocasión de comprobar en Cataluña el próximo domingo.
José Antonio Zarzalejos EL CONFIDENCIAL 23/11/12