El interés más desinteresado

EL CORREO 03/07/14
ALBERTO AYALA

· La elección directa de alcalde es tan democrática como el modelo actual o la doble vuelta, pero el resultado cambia
· Rajoy teme que una entente de izquierdas arrebate a su partido importantes alcaldías

Corrían los años 70 del siglo pasado. Las cajas de ahorros gozaban aún de notable popularidad. Hablar de preferentes o de pensiones multimillonarias de jubilación para políticos al mando de las entidades era ciencia ficción. Nada extraño, pues, que la confederación en la que se agrupaban, la CECA, lanzara una campaña para resaltar su carácter social. El eslogan elegido: ‘El interés más desinteresado’.

Hace más de un año, en plena tormenta Bárcenas, el presidente Rajoy prometió un paquete de medidas para regenerar la vida pública española. De entonces a ahora prácticamente no se han registrado avances. Pero ha llegado la sacudida de las elecciones europeas del 25 de mayo y el líder del PP ha vuelto sobre sus pasos. Primera propuesta sobre la mesa: la elección directa de los alcaldes.

No parece que ésta sea la gran medida regeneracionista que ansía una sociedad harta de escándalos de corrupción y empobrecida a raíz de la crisis. Y es que tan democrático resulta el modelo vigente, en el que los alcaldes los eligen los concejales por mayoría absoluta y si nadie logra concitar ese apoyo se nombra para el cargo al cabeza de la lista más votada, como la elección directa que propone, otra vez, el PP.

Otro tanto podría decirse de un eventual sistema de doble vuelta, en el que los ediles se eligen en primera votación y los cabezas de las dos listas más votados se disputan la Alcaldía en una segunda ronda. Cuestión diferente sería pretender un modelo en el que se nombre alcalde al ‘número uno’ de la candidatura más votada y que se asignen varios concejales a ese partido como ‘premio’ para compensar su minoría en la corporación.

Los otros datos
En las europeas pasaron muchas cosas. Entre ellas que el PP apenas obtuvo el 26,06% de los votos, que ni populares ni socialistas lograron la mayoría en ninguna capital con excepción de las plazas africanas de soberanía, o que el centroizquierda, pese a concurrir mucho más dividido, logró un apoyo popular bastante superior al del centroderecha.

A un año vista de las municipales de 2015, ello ha encendido las alarmas en Génova. Si el electorado no termina de responder aunque la economía apunte una tibia mejora y los partidos de izquierdas formalizan alianzas de progreso, los conservadores se arriesgan a perder buena parte de su enorme poder municipal actual, incluidas grandes ciudades como Madrid. Esa y no otra parece ser la clave de la ‘desinteresada’ oferta de Rajoy.

De momento no puede decirse que la propuesta haya encontrado excesivos apoyos fuera de las filas populares. Los socialistas volvieron a decir ‘no’ –ya lo hicieron hace pocos años– y tampoco desde las filas nacionalistas se alentó la modificación.

El PSOE sí podría estar dispuesto a negociar cambios a la vuelta de vacaciones. Pero para modificar el modelo vigente por uno de doble vuelta en el que se disputen la Alcaldía los candidatos de los dos partidos más votados.

En las europeas, populares y socialistas fueron primero y/o segundo en todas las capitales españolas, con la excepción de las cuatro catalanas (en las que ganó ERC y CiU fue segunda) y dos de las tres vascas, Bilbao y Donostia, en las que fueron PNV y EH Bildu. También parece probable que Pamplona estuviera entre las excepciones, habida cuenta el peso electoral de UPN, que no concurrió en mayo.

Si todo termina en nada, y hoy por hoy existen bastantes probabilidades de que vaya a ser así, el viaje no habrá sido en balde para el PP. Tendrá un argumento más para ‘advertir’ al electorado de que su adversario socialista prepara el ‘asalto’ a los ayuntamientos de la mano de los comunistas de IU y los ‘chavistas’ de Podemos. Al tiempo.