EL MUNDO – 19/11/14
· Domínguez Buj cree que en situaciones así crece el independentismo.
El debate sobre las aspiraciones independentistas en Cataluña ha calado en todos los ámbitos, incluido el militar. Así lo pusieron ayer de manifiesto las palabras del jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme), general Jaime Domínguez Buj, quien en una conferencia coloquio en el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (Incipe) opinó, al ser preguntado sobre la situación catalana y el reto soberanista, que, históricamente, los procesos independentistas surgen cuando «el poder central es débil».
«Cuando la metrópoli se hace débil», apuntó, «se produce la caída», y puso como ejemplo lo sucedido en el siglo XIX cuando España perdió sus colonias en América.
Domínguez Buj, refiriéndose al papel de las Fuerzas Armadas ante el proceso soberanista, explicó que las mismas «no son garante de nada, sino una herramienta del Gobierno para hacer cumplir la ley y la Constitución». Y añadió: «Los militares estamos preparados para intervenir en la forma en la que el Gobierno decida en cada escenario interior o exterior», es decir, «para ir a Afganistán o a Valencia». En su opinión, el problema no puede solventarse con el uso de la fuerza, sino que requiere un cambio de mensaje para «ganarse los corazones y las mentes».
Su pronunciamiento sobre una cuestión política polémica y de candente actualidad suscitó un aluvión de reacciones, casi todas contrarias, habida cuenta de que los militares, y más aún los altos mandos, deben respetar escrupulosamente el principio de neutralidad política y abstenerse de hacer pronunciamientos públicos a favor o en contra de partidos o asociaciones, sindicatos, candidatos a elecciones, referendos, consultas, programas u opciones políticas, tal y como establece la Ley de Derechos y Deberes de los Militares.
A la vista del revuelo que ocasionaron sus palabras, el Jeme hizo pública una nota en la que afirmaba que sus afirmaciones se referían exclusivamente a la España del siglo XIX. No obstante, todas las referencias de los periodistas asistentes al acto coincidían en que respondían a preguntas hechas sobre la situación catalana.
Desde el PP, su portavoz, Alfonso Alonso, recordó al general que las Fuerzas Armadas están «a las órdenes del Gobierno» y que ése es «el papel que les corresponde ante cuestiones políticas».
Más duros se mostraron en IU y en el PSOE. Sus portavoces pidieron al ministro de Defensa, Pedro Morenés, que diera una respuesta al jefe del Ejército de Tierra. «Sus palabras ahondan en un fuego que ya tiene demasiada leña», aseguró José Luis Centella, en tanto que Antonio Hernando reclamó una «rectificación urgente». De igual manera, la Asociación Unificada de Militares (Aume) subrayó que las opiniones del general «ponen en cuestión la imagen de toda la institución de las Fuerzas Armadas».
En las fuerzas políticas catalanas, desde la Generalitat no se quiso entrar a valorar las palabras de Domínguez Buj, pero sí lo hizo su socio soberanista, ERC. El portavoz adjunto republicano en el Parlament, Oriol Amorós, constató que el jefe del Ejército ve a Cataluña como una colonia». «Tomamos nota», finiquitó.
Sólo la Asociación de Militares para la Democracia felicitó a Domínguez Buj por «romper la espiral de silencio» que, en su opinión, se creó tras el cese del general José Mena en 2006, cuando, en pleno debate político sobre el Estatuto de Cataluña, aseguró que si el mismo sobrepasaba los límites de la Constitución, el Ejército actuaría en defensa de la integridad territorial, de acuerdo con el artículo 8 de la Carta Magna.
EL MUNDO – 19/11/14