Alberto Ayala, EL CORREO, 4/7/12
EHB recurre al final al independentismo ortodoxo con rostro de mujer, el de Laura Mintegi, para crecer en Bizkaia
No ha podido ser Arnaldo Otegi, encarcelado e inhabilitado. Tampoco algún empresario de renombre en el mundo cooperativo con acreditada trayectoria de buen gestor. Ni siquiera una veterana periodista de ETB, para tratar de emular el éxito de Uxue Barkos (ex de Nafarroa Bai, actual Geroa Bai, y la gran piedra en el zapato de los herederos de Batasuna en la comunidad foral). Al final la candidata a lehendakari de EH Bildu será, como se había avanzado, la escritora y profesora universitaria Laura Mintegi.
ETA acaba de decir adiós a las armas y a la izquierda abertzale, casi sobra decirlo, aún le queda un largo trecho por recorrer hasta convertirse en un partido (coalición) al uso, que lo será. Uno de esos que elige a sus candidatos en primarias o de los que deja la decisión en manos de su ejecutiva, casi siempre eso sí tras interesantes escarceos previos de aspirantes con pretensiones. Me resulta, pues, imposible reconstruir al detalle en este momento la letra pequeña que ha precedido a la presentación ayer de Mintegi en uno de los refinados salones del histórico hotel de Bilbao en el que tuvo su sede el primer Gobierno vasco en plena Guerra Civil Española.
Los ‘noes’
Pero lo cierto es que, la única candidata a lehendakari que estará en los cajones de salida en los próximos comicios autonómicos (pugnará en Bizkaia con Urkullu y Basagoiti, porque López buscará acomodo en Álava, en parte para tratar de evitar quedar tercero) no va a ser ni la primera, ni la segunda, ni la… opción barajada por Rufi Etxeberria y los suyos. Y por tanto tampoco la más deseada, tras Arnaldo Otegi. Eso sí, Mintegi es izquierda abertzale pura. Tiene el pedigrí que dan los trienios de militancia y los ‘gestos’ de compromiso con la causa en momentos delicados. Y oferta un perfil ortodoxo pero amable, sin grandes aristas ni problemas legales.
Pero, además, aunque de origen navarro, es vizcaína a todos los efectos. No es una casualidad. La izquierda abertzale sabe desde hace meses que, pese a Garitano y a la polémica de las basuras, repetirá victoria en Gipuzkoa. Cree que los cuadros jóvenes de que dispone en Álava le aseguran un buen resultado en un territorio que hoy parece políticamente dividido en cuatro porciones prácticamente similares. El margen de crecimiento, piensa la ‘intelligentzia’ abertzale, está en Bizkaia. De ahí la elección de la escritora y su colocación al frente de la lista por este territorio, tras unos meses en los que han menudeado los movimientos subterráneos y las caídas en desgracia de algunos recientes electos.
El camaleón, ya saben, es ese animal, reptil para más señas (y sin segundas intenciones, de verdad), que se caracteriza por su enorme facilidad para cambiar de color según las condiciones ambientales. También se dice de las personas que tienen la habilidad de modificar su actitud y/o su conducta, adoptando en cada momento la más ventajosa. Pocos me negarán que si de alguien puede resaltarse en política su carácter camaleónico es de la izquierda abertzale (IA).
En tres décadas –nueve legislaturas– de autonomía vasca, los electos de la IA han pisado muy poco el Parlamento autónomo. Eso sí, no han dudado en usarlo a su antojo en busca de réditos. Lo hicieron en 1987 cuando presentaron como candidato a lehendakari al etarra Juan Carlos Yoldi. También en diciembre de 1998 y junio de 2005 cuando acudieron a la sesión de investidura e hicieron posible la elección y la reelección del aspirante del PNV, Juan José Ibarretxe, como mejor estrategia del momento para dar pasos hacia la independencia. En unos meses, Laura Mintegi y los electos abertzales ocuparán los escaños (’sucias poltronas’ los llamó Yoldi en 1987) que obtengan con su nuevo discurso democrático. ¿El objetivo? El de siempre.
Alberto Ayala, EL CORREO, 4/7/12