ABC 06/05/15
· Prisiones ha sido siempre contrario a que a la etarra se le conceda este permiso
La pistolera de ETA Idoia López Riaño, mediáticamente conocida como «Tigresa», aunque su verdadero alias es «Margarita», tiene previsto comenzar hoy sus clases prácticas de conducir. Ello, después de que la Audiencia Nacional, en contra del criterio de Instituciones Penitenciarias, se lo haya autorizado, pese a que le quedan cerca de cuatro años de condena por sus múltiples crímenes. El juez, además, prohíbe que se le imponga vigilancia policial mientras esté fuera del recinto carcelario.
La antigua integrante de los «comandos Oker y Madrid» solicitó en primer lugar a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias el correspondiente permiso para obtener el carnet de conducir. La Junta de Tratamiento de Zaballa (Álava) no se lo concedió por varios motivos expuestos en un escrito, en febrero de 2014. Entre ellos, que aún no ha disfrutado de ningún permiso, la tipología delictiva, la gravedad de los delitos y la trascendencia social de los mismos, además de la fase actual del cumplimiento de la condena. «Margarita» lleva 21 años en prisión, y le quedan 4. Fue condenada a más de 2.000 años por múltiples crímenes, entre ellos 23 asesinatos. Desde hace dos dice haberse arrepentido y se ha acogido a la «vía Nanclares», pero solo reconoce haber acabado con la vida de dos personas. Así que los argumentos de Prisiones para no concederle este permiso parecen justificados. Además, a López Riaño se le informó cuando realizó en prisión la parte teórica, para lo que no hubo ningún problema, que ello no llevaba aparejada la realización de las prácticas.
El caso es que la etarra recurrió, primero, ante el titular del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, que lo rechazó, y, después, ante la Sección Primera de la Audiencia Nacional, que le dio la razón, eso sí, en contra de la opinión del fiscal. El tribunal que preside el magistrado Grande-Marlaska esgrimió a favor de la antigua integrante del «comando Madrid» que desde hace dos años se observa su desvinculación de ETA, su asunción de la responsabilidad –pese a que solo reconoce 2 de sus 23 asesinatos–, pesar por el daño causado o la realización continuada de cursos de formación.
El tribunal pidió entonces a Instituciones Penitenciarias que preparara un programa para que la etarra pudiera abandonar la cárcel a fin de acudir a las clases prácticas. Pero Interior respondió que no podía hacerlo cuando se había opuesto al permiso. Entre tiras y aflojas, lo que pretendía «Margarita» era un trato especial y que se le concediera un horario para realizar las clases prácticas discreto a fin de eludir a los medios de comunicación y así amortiguar un posible escándalo. Al final, López Riaño renunció a realizar las clases prácticas porque no aceptaba las condiciones que se le impusieron, y que no son otras que las que se adoptan para presos reinsertados a los que se les concede esta autorización.
Y volvió a la carga, iniciando el ciclo. Esto es, presentó un recurso ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Su titular, que en el primer recurso se opuso, autoriza ahora a la expistolera del «comando Madrid» a que salga de prisión a fin de de la obtención del carnet de conducir en la fase práctica, «con las medidas de seguridad que el centro penitenciario estime conveniente». Unas medidas de control que, según indica el propio magistrado en el auto, «no podrán consistir en control personal por miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado».