EL MUNDO 11/06/14
· Descarta sustituir a los agentes que custodian su casa por una pulsera telemática
La preocupación de la Ertzaintza por el daño mediático que puedan sufrir Josu Uribetxeberria Bolinaga y su entorno no ha encontrado eco en la Audiencia Nacional. El juez Ismael Moreno ha rechazado la petición del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco de sustituir la presencia policial en torno a la casa del etarra por una pulsera telemática que permitiese tenerle localizado.
En un auto dictado ayer, el juez responde que las cosas van a seguir como están, con los agentes que sean necesarios para garantizar que el terrorista enfermo de cáncer –lleva casi dos años como terminal– no sale de su domicilio. El escrito de la Ertzaintza precisaba que dedicaba una docena de policías a esa tarea.
El juez recalca que no ha habido «modificación alguna» de las circunstancias desde que ordenó que le vigilaran y que no cree que la presencia policial suponga ninguna «lesividad mediática» –la expresión la acuñó la Ertzaintza– para nadie. «No resulta procedente adoptar medida o acuerdo alguno tendente a la colocación de pulsera telemática para el control del cumplimiento de la prohibición de salida del domicilio, pues el hecho de que se estén llevado a cabo las oportunas medidas de vigilancia y control policial por parte de la Ertzaintza en modo alguno puede suponer ‘cierta lesividad mediática en el entorno’, como se dice en el oficio policial».
Antes de resolver el asunto, el juez pidió la opinión de la Fiscalía, que dijo que antes quería saber si Bolinaga estaría de acuerdo. Al final, el juez ha dicho no sin preguntar al etarra.
La propuesta policial que no ha convencido a Moreno decía así: «La medida de control permanente, con el transcurso de los días, puede generar cierta lesividad mediática en el entorno, por la constante presencia de los agentes en el acceso al domicilio». Y proponía una pulsera «para hacer más discreta la vigilancia permanente del imputado, sin agravar la situación del mismo».
El pasado 3 de abril, Bolinaga pasó de estar en libertad condicional a estar confinado en su domicilio. El auto de prisión atenuada le señalaba como el autor material de los disparos que la noche del 8 de junio de 1986 acabaron con la vida del cabo primero de la Guardia Civil Antonio Ramos Ramírez en la localidad de Mondragón, la misma en la que hoy le custodia la Ertzaintza.