Isaac Blasco-Vozpópuli

El presidente, como ciudadano de la Unión Europea, es también destinatario de la audaz respuesta con que la Comisión pretende conjurar la amenaza rusa

Pedro Sánchez se ha propuesto salvar Europa rearmándola sin nombrarlo o, como mucho, mediante ayudas a fondo perdido que no exigen devolución y con sus socios de gobierno y legislatura pidiendo salir de la OTAN.

De España, ni hablamos: su faceta internacionalista, como de actor impostado de serie turca, en absoluto se compadece con su descarnada estrategia doméstica de sometimiento a los contrapesos institucionales, y hasta los empresariales, dirigida a retener el poder y a propiciar de paso la reversión de un modelo de país que le permita seguir ejerciendo el control por vía interpuesta cuando se harte de hacerlo en carne mortal (nunca hay que perder la esperanza).

Entretanto, el presidente del Gobierno, como ciudadano de la Unión Europea, es también destinatario de la audaz respuesta con que la Comisión pretende conjurar la amenaza rusa: el kit de supervivencia de Von der Leyen. Esta podría ser la lista de los inmprescindibles en su caso:

-Arena de la playa de Mojácar, donde tantas venganzas políticas ha rumiado.

-Un pasaporte chino. Y otro venezolano. Respecto al último, es convieniente que consulte a José Luis Ábalos, quien, tras su defenestración en julio de 2021, declinó el ofrecimiento de Delcy Rodríguez de concederle la nacionalidad en gratitud por lo bien que se portó con ella aquella noche de enero de 2020 en el aeropuerto de Barajas.

-Un ejemplar de la Constitución de 1978. Por si tiene que hacer una fogata.

-Su tesis doctoral. Por si tiene que hacer una fogata.

-Las obras completas de Luis Garcia Montero. Por si necesita avivar el fuego.

-Un espejo ante el que seguir preguntándose qué dirá de él la historia, ya que Máximo (antes Màxim) Huerta no supo responderle en su momento.

-Un mapa de la provincia de Valencia. Para ubicarla.

-Un mapa de la Comunidad de Madrid, territorio inexpugnable.

-Su serie maldita, pendiente de estreno después de tanto tiempo. Para entretener las noches lúgubres en la guarida mientras Begoña Gómez sigue recurriendo frente al portátil las decisiones del juez Peinado. Y, de propina, las últimas siete ediciones de la gala de los Goya. Que se fastidie.

-Una maqueta del Falcon (escala 1:500).

-Un retrato de Zapatero. Para inspirarse cuando vea que se le agotan las ocurrencias.

-Un memorial sobre las veces que Vox le ha dado oxígeno parlamentario.

-Camisas de sport para combinar con la americana.

-Una suscripción a El País. Para qué más (pese a la actual danza armenia del sable).

-Una playlist encabezada por ‘La danza de las chirimoyas‘, del imputado maestro David Sánchez-Pérez Castejón, siempre mencionado en TVE como David Azagra.

-Una nueva cuenta en el X de Musk en que verter sus ‘reflexiones’, sin las que ya no podemos vivir.

-Un pastillero… para las vitaminas que aconseja la UE incluir en lo que los burócratas bruselenses han dado también en llamar «bolsa de resiliencia«, que ya hay que tener valor.

-Los estatutos del PSOE. También para la fogata.

-Una navaja suiza. Eso siempre viene bien.