Óscar Monsalvo-Vozpópuli
Basta un liderazgo controvertido al otro lado del eje para que salgan a celebrar los tanques de Praga
Cien actos por Franco, anunció el Gobierno a comienzos del año. La insólita iniciativa terminó siendo lo que parecía. Una ocurrencia sin desarrollo y sin sentido pero con un presupuesto más que decente. Conciertos, conferencias, exposiciones, más conciertos, programas especiales, tal vez alguna exhumación pública, “Ven a demoler el Valle”, quién sabe si alguna asignatura nueva en Secundaria impartida por académicos de prestigio como Inés Hernand, Henar Álvarez o Joaquín Urías. La conmemoración del dictador se terminó desinflando, pero aún no ha acabado el año. No podemos descartar un “tiro al fatxa” en el Congreso animado por los compañeros más fieles del PSOE, expertos en esas cosas. Carteles de Aznar, Rajoy, Rivera, Savater o Abascal -de eso se trata- junto a los leones y el águila. Tirachinas, pintura o piedras proporcionados por los amigos de ERC y Bildu. Por los viejos tiempos de la lucha antifranquista. Todo recogido y emitido en una programación especial en La 1, La 2 y las autonómicas antiespañolas a cargo de los periodistas más reconocidos. Intxaurrondo, Cintora, Iñaki López, Belén Esteban, Xabier Fortes.
El año de Franco tal vez acabe como un juguete roto del Gobierno, pero no han perdido el tiempo durante estos últimos meses. El presidente Sánchez acaba de visitar Vietnam para depositar una ofrenda floral en homenaje al dictador comunista -valga el pleonasmo- Ho Chi Minh y a todos los “héroes” de la guerra. Sánchez ha llamado al dictador “presidente”, como cabía esperar en un dirigente socialista. La gira ha terminado en Pekín, lógicamente, con un apretón de manos entre el español y Xi Jinping.
Nada de esto es algo extraño, y desde luego nada de esto es exclusivo de Sánchez. Sánchez es socialista, y los socialistas hacen estas cosas. Basta un liderazgo controvertido al otro lado del eje para que salgan a celebrar los tanques de Praga. No es anecdótico que en torno a Trump se acumulen los calificativos más pesados. Dictador, tirano, fascista, nazi, totalitario. No ha empezado estos días. Ya durante la primera legislatura tuvimos portadas y viñetas con el bigotito, el brazo en alto y las asociaciones históricas. Es muy poco lo que necesita un socialista para apuntarse a una buena fiesta en el lado soviético de la historia. La última vez que vimos un posicionamiento del estilo -aún más claro- fue tras los atentados del 11 de septiembre. “El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush”, anunció El País en aquella portada inolvidable.
La especialidad del socialismo español es elegir siempre el mal más evidente, y la del español medio es hacer como que no se entera. Hagamos un pequeño repaso a las últimas fotografías históricas de este Gobierno
Trump tiene que ser denunciado como fascista, ni irónica ni metafóricamente sino auténticamente fascista, para que Sánchez corra a dar la mano un dictador vivo y a otro muerto a los que llama “presidente”. La especialidad del socialismo español es elegir siempre el mal más evidente, y la del español medio es hacer como que no se entera. Hagamos un pequeño repaso a las últimas fotografías históricas de este Gobierno.
El tirano Maduro probablemente no cuenta con ningún país con tanto apoyo oficial como el que le brinda España. La lealtad de los bailarines fiesteros de Podemos llama mucho la atención, pero la política de verdad ocurre en los despachos. Y ahí está siempre el presidente Zapatero, presente en todos los actos de legitimación de terroristas, narcos y dictadores internacionales.
Venezuela no es más que la nueva Cuba a la que tanto apoyaron los socialistas de la política y de la cultura en España. Dictadorcillos simpáticos, campos de concentración en los que te lo pasabas bien, la revolución ante todo, yankees go home, algún que otro negocio discreto. Pero no es el único escenario en el que se han movido con comodidad. También lo han tenido muy claro cuando se ha tratado de elegir entre Israel y Hamas. A los dictadores comunistas los llaman presidentes, y al terrorismo institucional contra los judíos lo llaman “Gaza”. Las defensas de “la causa palestina” fueron desde el principio un apoyo claro al régimen de terror de Hamas, que era presentado como una simple milicia convertida en Gobierno. Funcionó también desde el principio el mismo procedimiento que con EEUU. Netanyahu, los israelíes, los judíos todos, fueron calificados como nazis pocas semanas después de los atentados del 7 de octubre.
Lo hemos visto muchas veces. Aquella portada de El Diario Vasco, también con Otegi, cuando el liderazgo del PSE estaba en manos de Idoia Mendia. El encuentro cómplice entre Otegi y Eduardo Madina, joven promesa del socialismo vasco y español
Volvamos a España, porque las últimas dos fotos son las más importantes. En marzo el presidente Sánchez recibía en La Moncloa a la portavoz de EH Bildu en el Congreso. Sánchez y Mertxe Aizpurua, condenada por apología del terrorismo durante los años de plomo, se daban la mano y sonreían en las escaleras. Poco después, en abril, EH Bildu devolvía la cortesía. El líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, visitaba la sede de los abertzales en San Sebastián. Era recibido por Arnaldo Otegi, con varias condenas a sus espaldas. Primero en el terrorismo y después en la política, siempre dedicado al proyecto de ETA. La foto era la misma: abrazo y sonrisas.
Lo hemos visto muchas veces. Aquella portada de El Diario Vasco, también con Otegi, cuando el liderazgo del PSE estaba en manos de Idoia Mendia. El encuentro cómplice entre Otegi y Eduardo Madina, joven promesa del socialismo vasco y español, con la mediación de Fermín Muguruza.
Y hemos visto también la equivocación definitiva. Aquella que hace menos de un año representó como nadie Borja Sémper en un 59 segundos. Preguntas rápidas de Gemma Nierga.
-¿Eduardo Madina o Ayuso?
-Eduardo, es mi amigo.
-¿Pedro Sánchez o Santiago Abascal?
-Buf. Madre mía… Ninguno de los dos.
Acabarán llegando, tarde, a todo aquello ante lo que hoy fingen escandalizarse. Porque los abrazos y las sonrisas son el lado correcto de su foto.