EL CORREO 02/01/13
Urkullu adelanta en su primer discurso de fin de año que su Gobierno aplicará el máximo rigor económico y se apretará el cinturón.
BILBAO. El lehendakari, Iñigo Urkullu, advirtió anteayer a todos los vascos de que durante 2013 también deberán convivir con la crisis y auguró «dos años de problemas, esfuerzos, ajustes y desempleo». Su primer discurso de fin de año remarcó la necesidad de que las actuaciones del Gobierno vasco estén regidas por la aplicación del «máximo rigor económico» y prometió que su Gabinete se apretará «el cinturón» de igual manera que las «familias», que «lo están pasando mal».
Urkullu dibujó un futuro cercano de «personas en paro y trabajadores o trabajadoras que temen la pérdida de su empleo», de «comerciantes, pequeñas empresas o autónomos que no encuentran un horizonte de certidumbre». Ellos constituirán la prioridad en las actuaciones de su equipo porque «lo primero son las personas». «Siempre ha sido así en Euskadi. Está en nuestro ser», remarcó.
Por ello, el lehendakari garantizó la pervivencia de «la atención sanitaria, la ayuda a los más necesitados, la formación de la juventud y el apoyo a los que no tienen trabajo». Podrán contar con «la solidaridad de toda la sociedad vasca» en su conjunto, desde los «agentes económicos y sociales» a los «trabajadores y trabajadoras, responsables institucionales…».
Serán «dos años de dificultades» que, sin embargo, se superarán «con concertación política y social», con «crecimiento económico y cohesión social». Pero es momento de «reaccionar» porque Euskadi quiere «mirar al futuro con ilusión y también con esperanza», recordó Urkullu en su discurso. Los tiempos de bonanza pasaron. Ahora «estamos en crisis y tenemos que salir adelante», subrayó con una tangible elevación del tono de voz.
«Claridad de rumbo»
Y así lo hará también el Gobierno vasco. Lo prometió el lehendakari. El camino está trazado ya. Se cimentará con «claridad de rumbo» en la necesidad de «tender puentes» y en la urgencia de «avanzar unidos». Acordar y avanzar sin olvidar «a las personas que lo están pasado mal». Ellos siempre tendrán garantizados «los servicios públicos esenciales».
Es momento de arrimar el hombro. Ya lo había anunciado Iñigo Urkullu antes de tomar posesión de su cargo. «Ésta, señorías, debe ser la legislatura del acuerdo. Del acuerdo entre diferentes. De quienes compartimos el solar vasco, para que entre todos edifiquemos una nueva casa para Euskadi», señaló en el Parlamento vasco en su discurso de investidura. Su objetivo es pasar a la historia como el lehendakari del acuerdo para combatir la «emergencia social» que vive el País Vasco.
Embebidos según Iñigo Urkullu de la «ilusión de dejar atrás el terror y el rencor» y cargados de «generosidad y altura de miras» para superar el pasado y consolidar la paz, se abre asimismo un tiempo de «nuevos propósitos». Sustentado en un acuerdo, el lehendakari recordó que Euskadi, pese a ser pequeño, es un «país ambicioso» que quiere «crecer» y «ganar en autogobierno, poder adoptar más decisiones, ser reconocidos y tener más presencia en el mundo». Porque, según enfatizó, «es momento de ganar un nuevo horizonte para Euskadi en Europa». «Avanzar es crecer como nación», argumentó. Siempre invocando el espíritu «de colaboración» entre distintos, sin hacer ninguna referencia ni al derecho a decidir ni la hipotética independencia.
«Acordar entre diferentes»
Según Urkullu los vascos exigen «que seamos capaces de acordar entre diferentes», que «nos pongamos de acuerdo ante las dificultades». Está convencido el lehendakari de que ése «es el latido intimo» del pueblo. Y es también su «empeño personal», extensible a todo su equipo en Lakua. Se responsabilizó de ello.
Urkullu ofreció «acuerdos», pero también demandó «respeto». Exigió un reconocimiento al «autogobierno», a las «políticas educativas, sanitarias o culturales, a las decisiones económicas y políticas que hemos adoptado y queremos adoptar de manera democrática».
El lehendakari miró hacía atrás para describir «tres décadas» de avances y «altas cotas de desarrollo humano sostenible» alcanzadas gracias a un «autogobierno que se ha demostrado eficaz», que ha sido «clave para alcanzar el nivel de bienestar con que contamos».
EL CORREO 02/01/13