Florencio Domínguez, EL CORREO, 24/7/12
Aestas alturas de la legislatura vasca nadie sabe si habrá adelanto electoral y en caso afirmativo cuándo se celebrarán los comicios. Sólo lo sabe el lehendakari, si es que tiene tomada la decisión porque también podría ser que el jefe del ejecutivo todavía estuviera a la espera de ver cómo evolucionan los acontecimientos este verano antes de resolver si anticipa la convocatoria o apura al máximo los tiempos.
Cuando el PP anunció el final de su acuerdo con el PSE, la oposición dio por sentado que Patxi López se vería abocado a adelantar las elecciones y que no podría aguantar mucho tiempo en situación de minoría. A medida que ha pasado el tiempo esa idea ya no está tan clara. La minoría parlamentaria de los socialistas no solo no les ha causado especiales apuros, sino que ha resultado bastante llevadera.
Aunque las encuestas no son especialmente favorables para el PSE, entre sus dirigentes se observa en este momento bastante más optimismo que hace algunos meses. La primera razón de esa subida de ánimo es que están convencidos de que han encontrado la tecla adecuada para recuperar posiciones gracias al discurso de rechazo frontal de las políticas económicas del Ejecutivo central. Tan satisfechos están de ese recurso dialéctico que han decidido hacerlo extensivo al PNV. Los portavoces del PSE están insistiendo una y otra vez en que Iñigo Urkullu concurre a las elecciones con un programa oculto en material económica, programa que sería similar al del PP. Buscan que el rechazo que suscitan las medidas de Mariano Rajoy se extienda al PNV.
La segunda razón del optimismo del PSE es que, según sostienen, la tendencia alcista que experimentaba la izquierda abertzale durante el pasado año se ha frenado e, incluso, ha tocado techo hace ya meses. En el PSE creen que la segunda posición que le dan las encuestas a la coalición de la izquierda abertzale no está tan clara.
Los socialistas, al igual que el PP, tienen que hacer frente a un peligro electoral: el riesgo de que muchos de sus electores se decidan por una suerte de voto útil en favor del PNV como método más eficaz para impedir el ascenso de la coalición encabezaba por la antigua Batasuna que pronostican las encuestas. En el pasado este mecanismo funcionó en beneficio de los jeltzales y ahora existe el temor de que pueda ocurrir algo parecido. Los populares parecen más preocupados que los socialistas por esta cuestión y de ahí que una parte de su discurso público esté pensado para evitar ese traspaso de votos. Por eso vienen asegurando que hay coincidencias de fondo entre el PNV y la izquierda abertzale.
La decisión sobre el adelanto está en manos del lehendakari y todo hace pensar que la situación de la economía será decisiva a la hora de hacer la convocatoria.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 24/7/12