Aún no está claro si el PNV y el PSE-EE están fortaleciendo sus respectivas posiciones negociadoras o preparando el camino para el desenlace de que Bildu acabe gobernando la Diputación de Guipúzcoa, además del Ayuntamiento de San Sebastián, toda vez que el PNV ha declarado «cerrado» el ciclo del PSE.
Pero el cariz de las declaraciones que intercambian no apunta en el sentido del entendimiento: los socialistas responden que, si eso es así, también habrá acabado el ciclo del PNV en la Diputación. Ayer fue el lehendakari, Patxi López, quien se pronunció por primera sobre los pactos precisos en el País Vasco y el que validó las advertencias que diversos dirigentes del PSE-EE vienen realizando al PNV, cada vez en tono más tajante. El de López lo fue también: el PNV será el único responsable si la coalición abertzale se hace con el Ejecutivo guipuzcoano con todo lo que eso supone, desde el control de Hacienda hasta la paralización de proyectos que denosta.
Conocido este análisis de López, el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, criticó que «pongan sobre la cabeza» de su partido «la responsabilidad de que Bildu se puede hacer con las dos instituciones más importantes de Guipúzcoa. «Lo que no puede hacer Patxi López es obviar los resultados de su partido y de Bildu en las últimas elecciones».
El lehendakari pidió «altura de miras» para lograr entendimientos que sumen y den a las instituciones vascas gobiernos «estables, responsables y leales», que consoliden avances. López llamó a «no permitir por activa o pasiva el estancamiento del país ni ningún territorio», en referencia a Guipúzcoa.
López advirtió al PNV de que no juegue a alargar plazos, creyendo que los socialistas se verán obligados a votarle finalmente: si el 11 de junio, día que se constituyen los Ayuntamientos, no hay pacto con el PSE en los municipios que este precisa, no debe esperar luego su apoyo gratis y por responsabilidad en la Diputación. La postura de ese partido la definió como de «sopas y sorber»: descartar y perjudicar al PSE, respetar a Bildu y gobernar en todas partes, describió López.
La coalición tiene que hacer aún un recorrido democrático, y el PNV no puede presentarse mientras como «un agente inocuo». «Su decisión permitirá o no ciertas cosas», advirtió el lehendakari, al tiempo que lo emplazó a salir ya de su «calculada ambigüedad» y a adoptar «una decisión definitiva». Sonó a llamada a Iñigo Urkullu para que valide o enderece de Joseba Egibar. El lehendakari dijo no tener constancia de que el PNV esté intentando presiones sobre los socialistas vascos por la vía del PSOE o el Gobierno, pero adelantó que tampoco las admitirá: la decisión sobre los pactos vascos compete solo a la ejecutiva del PSE-EE, dijo.
Urkullu, por su lado, admitió que «no parece posible que el PNV puede participar y sustentar un gobierno liderado por Bildu», coalición a la que afeó que tenga «un curriculum vitae en blanco».
EL PAÍS, 1/6/2011