TONIA ETXARRI-EL CORREO
El presidente del Gobierno comparecerá hoy en el Liceo de Barcelona, ante 300 miembros escogidos de la ‘crème’ de la sociedad civil catalana para seguir tejiendo su red de complicidades en torno a los indultos para los condenados del ‘procés’. Su campaña progresa adecuadamente. Hace tan solo 25 días que anunció su decisión en Bruselas y ya solo le lleva la contraria la oposición y las encuestas. Les da la razón a los independentistas catalanes para garantizarse la mayoría parlamentaria necesaria para seguir gobernando y para dejar en Cataluña un caldo de cultivo que podría revertir en su favor en las elecciones. Como ha decidido forzar los límites de la Constitución y cuestionar la legitimidad del Tribunal Supremo, Cataluña es su tierra prometida y el Liceo, el escenario en donde contará su plan. El Parlamento, la institución que representa la máxima expresión de la democracia, puede esperar. No figura entre las prioridades de la agenda de Sánchez que comparecerá ante sus señorías dentro de nueve días.
De momento, los empresarios del 3% no sólo han decidido tirarse con él por el barranco a favor de los indultos sino que el Cercle d’Economia ejerció una presión tan poco sutil en el ambiente de las jornadas de Barcelona que logró que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se hiciera la lengua un lío y terminara sin saber si era de los suyos. El reparto de los fondos europeos va a hacer más partidarios de los indultos entre las élites de las que había hace dos meses. Los obispos catalanes se apuntan a la corriente. Sin sorpresas, en su caso, después de haber visto en muchas de sus parroquias la ubicación de urnas durante el referéndum ilegal y tantas torres de iglesias exhibiendo la estelada.
De las elecciones de Madrid, que tan mal le fueron al PSOE, se acuerda el PP. Porque ha recobrado el pulso y las encuestas. Y porque Isabel Díaz Ayuso acaba de inaugurar la legislatura como presidenta. Pero Sánchez no tiene ningún interés en recordarlas. Tanto es así que ningún ministro estuvo presente en el acto de toma de posesión. Ninguno. Todo un detalle de ‘fair play’ a la hora de mantener el mínimo gesto de cortesía institucional.
El inquilino de La Moncloa, en su campaña ‘indultista’, sigue culpando al PP del auge del independentismo colgándose medallas: al PP le organizaron dos referéndums de independencia, una DUI y leyes de desconexión aprobadas en el Parlamento catalán. Dice. Con él, sin embargo, no han cometido ninguna ilegalidad. No es cierto porque en Cataluña se siguen incumpliendo resoluciones judiciales. Pero lo que no ha calculado Sánchez es que, si después de los indultos no sigue cediendo, el referéndum que le van a organizar no será para votar un nuevo Estatuto. Eso ya lo vivieron. La Moncloa prefiere ocultarlo pero el PP ya dialogó con los independentistas. Soraya-Junqueras. ¿Se acuerdan? Y el vicepresidente de la Generalitat engañó a la vicepresidenta del Gobierno.
Los indultos tendrán difícil aceptación electoral en todo el país. Pero no estamos ante una cita inminente con las urnas. Veremos si el tiempo juega a favor de Sánchez. En plena proclamación del diálogo y la concordia, es el turno de los grupos de presión. Falta un editorial conjunto de los principales medios de comunicación catalanes. Por la concordia, la utilidad pública, la magnanimidad y por la paz , un avemaría, o lo que es lo mismo, doce indultos y un referéndum . Para empezar a hablar. Todo se andará.