EL MUNDO – 01/03/15
· Grecia identifica a sus adversarios políticos. El primer ministro, Alexis Tsipras, dijo ayer que España y Portugal formaron un «eje de poderes» durante las reuniones del Eurogrupo del mes de febrero, con el objetivo de hacer fracasar las negociaciones.
· Tsipras aludió a los próximos procesos electorales en España como la motivación de Madrid para forzar la caída del Gobierno heleno, con vínculos estrechos tanto con Podemos como por Izquierda Unida.
Tsipras ha pasado los últimos días vendiendo en Grecia el pacto alcanzado con la Troika y ha visto cómo surgían voces críticas tanto en su partido como en la calle con respecto a un acuerdo que supuso traspasar buena parte de las líneas rojas establecidas al inicio de la negociación. Ayer acudió a una reunión del Comité Central de su partido, donde han surgido voces discordantes, y señaló a España y a Portugal por haber endurecido los debates en Bruselas y haber buscado el fracaso de su país.
«Nos encontramos con un eje de poderes, liderado por los gobiernos de España y Portugal quienes, por motivos políticos obvios, intentaron llevar al abismo las negociaciones enteras», dijo a los más importantes dirigentes de su partido en una alocución televisada para todo el país. Lo hicieron «con el fin de evitar un riesgo político interno» y «asumiendo el riesgo de una evolución incontrolada», según el primer ministro.
«Su plan era, y es, desgastarnos, derribar nuestro Gobierno y llevarlo a una rendición incondicional antes de que nuestro trabajo comenzara a dar su fruto y antes de que el ejemplo de Grecia afectara a otros países, principalmente antes de las elecciones en España», criticó Alexis Tsipras.
No es la primera vez que sucede. Ya durante los debates en Bruselas de la semana pasada hubo varias filtraciones de funcionarios helenos denunciando las trabas que estaba poniendo la delegación española al éxito en las negociaciones.
Los izquierdistas helenos creen que hay un complot contra ellos para evitar que formaciones de ideología similar lleguen al poder en otros países, especialmente en España. La Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) de Tsipras está hermanada con Podemos e Izquierda Unida. Pablo Iglesias y Alberto Garzón, líderes de ambas formaciones, viajaron a Grecia el pasado enero para dar su apoyo a los izquierdistas helenos de cara a las elecciones. El secretario general de Podemos llegó incluso a subirse al escenario y a compartir unas palabras con Tsipras durante el acto principal de campaña de Syriza.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, visitó el país para dar su apoyo al entonces primer ministro Antonis Samaras. Ayer, en el diario griego Kathimerini, el líder opositor acusó a Tsipras de crear «enemigos imaginarios para justificar sus mentiras y el habernos llevado a este punto muerto». «Debería darle vergüenza», añadió el ex primer ministro.
Samaras está considerado por los izquierdistas helenos como uno de los mayores impedimentos para conseguir pactos beneficiosos para el país.
Tsipras cree que las fuerzas conservadoras europeas «minaron» cada paso hacia un acuerdo para evitar que el ejemplo heleno se expandiese en otros países.
«Nos habían tendido una trampa, en cooperación con el Gobierno de Samaras», dijo el primer ministro. Aludió al escaso margen de negociación del que disfrutaba Atenas al expirar el rescate el 28 de febrero, justo ayer. Cree que Samaras pudo haber firmado una prórroga mayor para dar más tiempo de negociación a la nueva Administración, pero no lo hizo, para causar una crisis financiera y el colapso del Gobierno.
El primer ministro portugués, Pasos Coelho, negó en una entrevista publicada antes del anuncio de Tsipras que Portugal haya tomado una línea dura en las negociaciones: «Puede haber habido una intención política de crear esa idea, pero no es verdad», dijo.
Rajoy exige que UE condene el ataque griego
El Ministerio de Economía también salió ayer al paso. «Ninguna circunstancia de política interna ha interferido en la posición española en el Eurogrupo y no se ha articulado eje alguno con otros socios», señalaron fuentes del Departamento a Europa Press.
«El Gobierno español ha impulsado el acuerdo con Grecia desde la flexibilidad, solidaridad y el respeto a las reglas que hemos mantenido siempre», puntualizaron. Recordaron que «lo primordial» es «la estabilidad del euro como un activo esencial para el bienestar de los ciudadanos dentro de una comunidad de intereses y de respeto» como la Unión Europea.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, sostiene lo contrario de lo que acusa Tsipras y es que él personalmente adoptó una posición más constructiva que la de su homólogo alemán, Wolfgang Scháuble, durante las duras negociaciones en el seno del Eurogrupo de los últimos días. El titular de Economía negó haber gritado al ministro griego de Finanzas, Yannis Varufakis, como difundió la agencia Bloomberg, aunque sí admite que pidió que las propuestas griegas fueran verificadas por la Troika antes de que fueran examinadas por el Eurogrupo, lo cual fue aceptado. .
EL MUNDO – 01/03/15