EL MUNDO 22/12/13
· El separatismo es minoritario en las 27 principales ciudades catalanas, según un informe
El auge del independentismo catalán se nutre de su preponderancia en las zonas rurales o menos habitadas, mientras que la opción de la separación está lejos de ser mayoritaria en los núcleos urbanos, como el área metropolitana de Barcelona. Ésta es una de las principales conclusiones que se extraen de un informe de Dialoga Consultores sobre qué pasaría en Cataluña si se celebrase un referéndum soberanista.
El documento tiene fecha del mes de octubre, cuando Artur Mas todavía no había pactado con ERC, ICV y la CUP el enunciado de las preguntas que quiere someter a consulta el 9 de noviembre de 2014: «¿Quiere usted que Cataluña se convierta en un Estado? Y en caso de respuesta afirmativa, ¿quiere que este Estado sea independiente?».
Dialoga Consultores extrae sus datos del cruce de la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat y los resultados de las elecciones autonómicas de 2012, cuando Mas planteó su desafío soberanista.
«La mayoría de catalanes no desea romper los lazos con el resto del país», afirma como resumen el texto, que extrae conclusiones parecidas a las de las encuestas sobre este asunto publicadas hasta el momento: el número de independentistas puros es inferior a la suma de los que prefieren mantener el statu quo actual y el de los que querrían una nueva relación –federal, por ejemplo– entre Cataluña y el resto de España, pero sin alzar fronteras.
En el texto se afirma que existe «una correlación entre el tamaño de las ciudades» y el apoyo a la independencia: «El soberanismo es fuerte en las zonas menos pobladas de Cataluña, mientras que en las ciudades de mayor tamaño la mayoría apuesta por permanecer ligados al Estado español, aun cuando sea variando el marco concreto de relación».
De esta conclusión se extrae otra: si «el independentismo pierde terreno en ciudades medianas y grandes», la «amplia mayoría de la población» –sólo el área metropolitana de Barcelona aglutina a más del 40% de la población de Cataluña– «reside en lugares donde el sentir independentista dista mucho de tener una fortaleza incontestable».
Del cruce de datos entre los resultados de las autonómicas de 2012 y la encuesta del CEO se concluye que el apoyo a la separación en las mayores ciudades de Cataluña se queda por debajo del 40%. «La ciudad más poblada, Barcelona, tiene un apoyo al independentismo apenas superior al 40%, y las seis ciudades siguientes en tamaño, entre las que se incluyen Tarragona y Lérida, presentan un apoyo aún menor. Aun en Gerona, la capital más favorable a las tesis independentistas, el apoyo calculado resulta ligeramente inferior al 50%», dice el informe. Y añade: «De hecho, hasta llegar a Vic (algo más de 41.000 habitantes) no encontramos una ciudad con un apoyo al independentismo por encima del 50%» de su población.
Ello significa que «en ninguna de las 27 ciudades catalanas» que tienen más de 42.000 habitantes se registra una mayoría independentista. «Y de los 600 municipios que sí son favorables al independentismo, sólo 139 de ellos (un 21%) superan los 2.000 habitantes, y únicamente 16 (2,4%) están por encima de los 10.000», continúa el texto.
El documento –que subraya que en una hipotética consulta quedarían sin efecto la discriminación positiva que la ley electoral provoca en los resultados de Tarragona, Gerona y Lérida con respecto a Barcelona– también establece un seguimiento histórico de las diferencias entre votos independentistas y no independentistas a lo largo de todas las elecciones autonómicas desde 1980. «El gráfico muestra un empate técnico a lo largo de los años con ligeras variaciones en un sentido o en otro, aunque es cierto que el peso de CiU, la caída del PSC y el aumento de ERC en 2012 han volcado levemente la balanza hacia la independencia», afirma.
¿Por qué, entonces, existe la percepción de que el independentismo está ganando la partida? El estudio identifica varias razones. Por una parte, «la coyuntura política», que implica «una extraordinaria movilización del independentismo». También la falta de «una postura homogénea o de proyectos alternativos por parte de las fuerzas no independentistas». Y, además, cabe tener en cuenta a quienes no quieren seguir como hasta ahora pero tampoco romper, los que echan de menos «un encaje constitucional diferente al actual». Todos esos motivos hacen que algunas encuestas «muestren un apoyo superior al 50% en caso de referéndum».
En opinión de los consultores que han elaborado el documento, las opciones de los independentistas en una consulta como la planteada por Mas se reducen, porque se aleja del sí o no puro a la independencia. Y, en cualquier caso, concluyen que la apuesta secesionista «sólo puede tener éxito si se aprovecha el momento de movilización» y «se celebra el referéndum cuanto antes, legal o ilegal, mediante consulta no negociada o planteando elecciones plebiscitarias». Se trata de la estrategia que quiere imponer ERC. El texto añade: «Un ejército no puede estar movilizado eternamente y hay que aprovechar el desconcierto de aquellos que desde diferentes puntos de vista defienden el mantenimiento de Cataluña dentro de España».