José Alejandro Vara-Vozpópuli

  • En el belencillo de los cuatreros de la Moncloa emergen personajes pintorescos que adquieren relevancia en el nutrido inventario del conseguidor Aldama

¿Iceta está casado? Media Barcelona -de Diagonal para arriba- se quedó de piedra con la revelación de Víctor de Aldama sobre el estado civil del actual embajador permanente en la Unesco. Tal revelación es uno de los numerosos ‘efectos colaterales’ de las dos horas de declaración en el Supremo por parte del  infatigable conseguidor en la corte sanchista. Ignotas personillas, semovientes anónimos, naderías del montón, emergen súbitamente en el listado de los sospechosos que engrosan el animalario del ‘caso Koldo’, ya ‘caso Ábalos’ y muy prontamente, quizás ‘caso Sánchez’.

Miquel Iceta abandonó el Gobierno en la movida de noviembre de 2023, luego de una penosa labor al frente de Cultura, y una ridícula gestión como titular de Deporte. Sánchez, como es norma de la casa, lo compensó con un jugoso despacho en París, representante permanente en la Unesco, y allí vivía feliz, ajeno a las insidias de los secesionistas de Puigdemont (que lo odian), a las envidias del PSC (Salvador Illa lo detesta) y al desprecio de PSOE (donde apenas se le recuerda). Así, hasta que una mínima mención en el ‘cante general’ de Aldama lo rescató del olvido. “Consta en la agenda electrónica de Outlook del sr. Koldo García una anotación de fecha 27/02/2021 con el siguiente tenor: Marido Iceta y tema presidente cañarias”. Así se lee en el documento de 37 páginas entregado por el célebre comisionista al juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional. Ese ‘cañarias’ se supone que es errata de Canarias. De lo referido al marido de Iceta se desconocen más detalles ¿Se tratará de otro Iceta? ¿Será una información errada? ¿Quién es el marido de Iceta?

“Por Dios, Pedrooooo, líbranos de Rajoy, resiste por Diossss”. Esta frase, en un mitin de la campaña de 2016, ha sido la máxima aportación de Iceta a la política nacional. Ya casi olvidado, reaparece ahora inopinadamente con estas dos palabras delatoras. ‘Marido Iceta’. Nada más se ha hablado de este detalle acusador. Nadie lo ha vuelto a mencionar. El supuesto aludido no ha abierto la boca. El declarante no ha insistido en ese nombre. Los cotilleos de la declinante capital catalana escarban en el chisme. Que si el cónyuge se llama Ángel. Que si se desempeña como piloto comercial. Habladurías. La discreción con la que el antiguo ministro socialista vive su actual etapa parisina es absoluta. Hermética. Ni una foto, ni un acto público. “No pide otro canapé por no dar que hablar”, como diría Gil de Biedma.

Su jefa, vehemente como es, enrabietada como anda, pródiga en muecas inapropiadas con boca y lengua, ha puesto ‘la mano en el fuego’ por la honradez intachable de su empleado, lo que mereció la respuesta de Aldama: “Que compre mucha pomada porque la va a necesitar”

En el tráfago verborreico del comisionista Aldama hay otros desconocidos figurantes que han perdido también su apacible tranquilidad. Quizás el más señalado es el jefe de Gabinete de la titular de Hacienda y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, un tal Carlos Moreno, quien aparece retratado, por dos veces, con cierto ensañamiento en la declaración. La entrega de 25.000 euros, la petición de ayuda para la compra de inmuebles con su pareja, hacen de este buen hombre un menesteroso sin demasiados principios. Al parecer, dado su puesto estratégico en la instancia fiscal de la nación, debía facilitar el aplazamiento de pagos de una empresa vinculada a los intereses de la trama. Su jefa, vehemente como es, enrabietada como anda, pródiga en muecas inapropiadas con boca y lengua, ha puesto ‘la mano en el fuego’ por la honradez intachable de su empleado, lo que mereció la respuesta de Aldama: “Que compre mucha pomada porque la va a necesitar”.

Están luego los perjudicados por acusaciones que rozan el terreno de lo personal. Víctor Ángel Torres, el ministro de Política Territorial y de Memoria Democrática, el chaperón del Gobierno para todos los asuntos molestos, desde la Dana a la inmigración, lo está pasando mal. En primera instancia, Aldama el memorioso le atribuye la petición de 50.000 euros a cambio de los negocios con las mascarillas. “No soy el Banco de España”, le espetó el comisionista a Koldo, y rechazó el sablazo. Trascendió luego lo más delicado. El piso que le alquilaba al entonces presidente canario, en la zona de Atocha, para “celebrar encuentros de diversa naturaleza, en los que participaba junto a otras personas”. La periodista colombiana que entrevistó al comisionista este jueves se refirió al pisito casi como ‘picadero’. Para ‘encuentros íntimos’, dijo. No hay tal, “yo no dije nada de íntimos”, atajó Aldama, siempre muy cuidadoso de sus palabras. Sabe a lo que se enfrenta. Gobierno y PSOE quieren sepultarlo.

José Luis Ábalos habla también este viernes en El país, en un tono quejoso y desesperado casi a lo melodrama de Douglas Sirk, de que “mi intimidad está reventada”, “no les ha importado meter a mi familia de por medio”. Quizás se olvida de que fue él quien reclutó a su hijo para los trapicheos varios y quien introdujo a ‘Jessica veinte minutos’ en la nada edificante ecuación.

«Me ha llamado personaje este mitómano, pide pruebas y las tendrá, no se preocupe”. Le molestó, al aparecer, lo de ‘personaje’, como a aquel paisano de Arniches que se ofendía porque le decían ‘endividuo’.

El público aguarda más detalles sobre las andanzas del procesado cantarín con Begoña Gómez a quien, al cabo, introdujo en el ámbito Globalia, origen del oscuro episodio del rescate de Air Europa y otras derivadas algo pestíferas. En efecto, poco ha dicho hasta ahora sobre la esposa del presidente. Estamos en el capítulo Koldo/Ábalos. Todo se andará. De momento ha dejado alguna pincelada venenosa, en venganza quizás de aquello que le dijo Sánchez antes de que saliera de prisión: “Menuda inventada, la estrategia de defensa de este delincuente, de este personaje, es la mentira”. A lo que, muy ofendido, le respondió: “Me ha llamado personaje este mitómano, pide pruebas y las tendrá, no se preocupe”. Le molestó, al aparecer, lo de ‘personaje’, como a aquel paisano de Arniches que se ofendía porque le decían ‘endividuo’.

La larga noche en el hotel de San Petersburgo

Deslizó Aldama en su escrito un sicalíptico proyecto de Begoña con Teresa Ribera, ahora en Bruselas, para aliviar el problema de la ‘España vaciada’. No cuajó. Desveló, con más detalle, su reunión nocturna en el hotel de San Petersburgo, al hilo de un cónclave de la OMT, la entidad origen de casi todo el desarrollo del business de la imputada. “Fue en el hotel en que nos alojábamos, arriba en el rooftop. Para que luego no digan que falto a la verdad. Hubo un momento en el que ella manda a sus escoltas que se retiren y se queda con nosotros (Hidalgo era la hipotenusa del trío). Estábamos a gusto, de tertulia como se dice”. No detalló el contenido expreso de la charleta ni la hora en la que se levantó la velada. Todo se andará.

Cerdán, pese a los 15.000 euros que recibió, supuestamente, en un bar cercano a Ferraz, sale bien librado. Ni el empresario parlanchín tenía su contacto ni hay guasap alguno. Eso sí, muy raro sonó que el recién confirmado secretario de Organización del PSOE apareciera esta semana por el edificio donde radican las oficinas de Aldama con la excusa de que iba al sastre a encargarse dos camisas. Resulta curiosa la coincidencia. No porque acudiera a ese lugar en coche oficial y con escolta, en horas de oficina, en pleno centro del Madrid pijeras, (Antonio Maura, 7) sino porque pocos conciben que todo un Cerdán haya de desplazarse al taller de las camisas. Lo suyo, en tan estiloso caballero, todo un gentleman, el dandi de Milagro (su pueblo), es que su sastre acuda a su domicilio para las pruebas, encargos y demás. ¿De qué lado carga?

Unas Navidades negras para la familia sanchista. Su estrategia de defensa consiste en subrayar la condición de trolero de Aldama, que acusa sin pruebas y que no dice verdad. Dan por hecho que el marrón se lo comerá Ábalos

Ábalos acude al Supremo, a petición propia, el próximo jueves 12 del corriente. Aldama lo hará el 16 y Koldo el 17. También antes de la Lotería volverá a la Plaza de Castilla la imputada Begoña, el 18, y ya celebrado el sorteo del Niño lo hará el hermanísimo ante la juez de Badajoz, la puntillosa Beatriz Biedma. Unas Navidades negras para la familia sanchista. Su estrategia de defensa consiste en subrayar la condición de trolero de Aldama, que acusa sin pruebas y que no dice verdad. Dan por hecho que el marrón se lo comerá Ábalos, que ya está amortizado, señalado, condenado, apartado del partido, condenado al ostracismo y, posiblemente, a una condena severa.

El belén de la Moncloa

Lo cierto es que Aldama tiene pruebas. Un fiscal y dos jueces no le abren las puertas de Soto del Real porque les caiga simpático. Está por ver hasta dónde llega. Parece que a Sánchez no. El único elemento de la trama que puede zarandear la impostada serenidad del caudillo, ahora mismo un manojo de nervios mal disimulado, como se ha comprobado en sus últimas comparecencias públicas, es Ábalos. Fue su mano derecha en el Gobierno y en el partido cuando se armó el equipo apandador, el de Delcy, las mascarillas, los enjuagues, las mordidas y otras menudencias. Todo lo sabe, todo lo conoce, todo lo guarda, esperando el momento. Ahí se abre una doble disyuntiva para su posible salvación, para evitar el penal: un arreglo judicial a lo Morodo, el embajador de Zapatero en Caracas, o un indulto a lo Biden. El fiel servidor del gran Narciso tendrá que optar. Pero sólo él puede llevarse por delante a esta espantosa banda y librarnos de tan infernal pesadilla. Mientras tanto, que siga la diversión con más ‘daños colaterales’ en forma de sospechosas figuritas que animen el belén de los cuatreros de la Moncloa.