Irene González-Vozpópuli

Pedro Sánchez está de moscosos hasta el lunes. Siempre es tranquilizador saber que un presidente del Gobierno no puede pensar y trabajar a la vez, que ha de interrumpir una de esas actividades para intentar hacer la otra. Cuando vuelva ya nos avisará de qué va a hacer, contra nosotros, se entiende. La carta que nos ha dirigido “a la ciudadanía”, en otro tiempo de cordura se hubiese estudiado en clase de psiquiatría. Las personas que se comportan con mayores dosis de crueldad suelen mostrar un delirio de victimismo patético hacia ellos mismos. Pero ahora esta carta-artefacto sirve de modelo y ejemplo para la nueva masculinidad y la nueva forma de gobierno tiránico autoempático. Las periodistas, especialmente de medios de la órbita del Partido Popular, han convertido esta cuestión en una especie de serial turco ante el que se muestran emocionadas y entregadas por “un hombre afectado que sufre por su mujer”. “Ella es su punto débil”, decía conmovida una de El Mundo. No seré yo, defensora del amor romántico que entiende que priorizarlo es la forma más elevada de hombría, la que interrumpa ese idilio preadolescente entre opinadores y Pedro Sánchez, pero tras ese “estoy profundamente enamorado de mi mujer”, mi sororidad me lleva a recomendar a Begoña que hable con algún abogado de divorcios además de con un penalista. Sólo por si cambia de opinión el marido del año.

La carta que nos ha dirigido “a la ciudadanía”, en otro tiempo de cordura se hubiese estudiado en clase de psiquiatría. Pero ahora esta carta-artefacto sirve de modelo y ejemplo para la nueva masculinidad y la nueva forma de gobierno tiránico autoempático

Los que habitamos el espacio de los adultos conscientes no sentimos esa emotividad de baratillo, sino una preocupación real por lo que implica  el caso Pegasus. Un día antes de la epístola a la anti España, ha sido reabierto porque la Audiencia Nacional ha recibido una Orden Europea de Investigación emitida por Francia, para que la AN continúe la causa con la información obtenida por las autoridades galas en su investigación sobre numerosos teléfonos de periodistas, abogados o miembros del Gobierno francés que habían sido infectados.

No se ha podido probar aún que el país que accedió a datos de los miembros principales del Consejo de ministros de España y de algunos de Francia sea Marruecos, pero se sospecha. El comportamiento de Pedro Sánchez no dista mucho del de un humillado criado del palacio alauí. Un enorme secreto de un dirigente débil, sin patriotismo, es la forma de conquistar un país sobre el que tienes pretensiones soberanistas en la posmodernidad de la globalización. Pegasus es lo que quita el sueño a Pedro. Lo que le pone realmente del revés, entre la espada y la pared. Alguien acorralado responde con furia, no con una dimisión. ¿A dónde iría, a Marruecos o República Dominicana? Se queda, pero viene a por nosotros.

La carta es un perfecto mapa de ese manicomio, histriónico, podrido en sus propias mentiras de los que viven de odiar a la “ultraderecha”. Como si los pocos conservadores de Vox tuviesen el poder en este régimen. Se ha criminalizado ese término y se ha aceptado que lo utilicen con normalidad para señalar como perros desahuciados a la mitad de España. Hay tres investigaciones judiciales abiertas sobre el entorno de Pedro Sánchez: Pegasus, el caso de las maletas de Delcy y el tráfico de influencias de la Reina del African Center. Pedro no puede salir victorioso, necesita salir beatificado, amnistiado, y para ello nos echa un pulso, para colgar una de las cabezas de la disidencia, jueces y medios. Asociar a ultraderecha todo cuestión sobre la corrupción de su gobierno es ala forma que tiene de salir y ganar unas elecciones.

Ese pulso ya se lo ha ganado a Feijoo por cesión, que no llama a Begoña a la comisión de investigación en el Senado; que asume con la cerviz doblada el falsario límite de Sánchez de no hablar de la familia, mientras éste manda a sus medios a acosar a la hija del juez que ha abierto diligencias contra su mujer. Begoña Gómez es investigada por el alarde impúdico que ha hecho de captadora de fondos y conexiones con La Moncloa, no por su boda.

Sánchez va a por los jueces y a por ustedes. A por quienes se atrevan en el juzgado, en medios o en redes a mostrar su disidencia. El lunes nos anunciará qué va a hacer para criminalizar y callar a media España, como pasó en Venezuela. Un paso adelante, valiente  y totalitario contra la ultraderecha. Es un ecosistema irrespirable. Después de perseguir y asustar a media España convocará elecciones. Hay serias dudas sobre el secuestro de la voluntad del Presidente del Gobierno de España en favor de terceros enemigos de la nación, pero mientras los centristas ven esa carta como la del marido del año.