Évole, más follonero que nunca, entrevistaba a la reconocida intelectual de izquierdas Ana Belén, él lo mismo entrevista a Ana Belén que a Josu Ternera, que no es hombre de favoritismos, pero quiso  emplear a la actriz y cantante para ajustar las cuentas a Isabel Díaz Ayuso, preguntándole por la disyuntiva que había empleado Ayuso en la campaña de 2001: “¿Comunismo o democracia?” Y ella respondió, bien oirás lo que dirá: “¿Libertad en qué?¿En que me pueden poner unas aceitunas tomándome una caña?¿Qué es más importante¿La aceituna o que yo tenga médicos en la Sanidad pública? ¡Joder! que entonces prefiero no tomarme la aceituna, coño. ¿A ti el comunismo te ha hecho algo malo?” Ayuso no hizo un recordatorio extensivo, pero sí dio un toque de atención: “El comunismo ha asesinado, expulsado, torturado y empobrecido a millones de venezolanos. Decenas de miles viven entre nosotros en Madrid. Este domingo se han manifestado para reclamar su derecho a elegir a Mª Corina Machado, inhabilitada por el régimen de Maduro. El comunismo es una de las ideologías totalitarias condenadas por genocidio durante el siglo XX”. Lástima que la pobre Ana Belén solo tenga en la cabeza el genocidio de Israel.

Pero no se quedó ahí la cosa. Évole, que es un experto pisacharcos metió en la conversación el caso del cineasta Vermut. Évole ha preguntado a la actriz si sufrió algún episodio de violencia sexual. «Tú, revisando tu vida dedicada al cine, ¿detectas momentos en que te pasó?», pregunta el periodista.

«Sí, esto me pasó. Hay uno que me pasó fuera del rodaje, con un director», comienza. «¿Cómo fue el caso?», insiste Évole. «Yendo por la calle de noche, me arrincona contra la pared y me besa, y dices ¿cómo? Sin haber habido insinuación antes. Desagradable», explica con expresión de repulsa.

Ante esta historia, el periodista le pregunta si el director es conocido, a lo que ella responde asintiendo con la cabeza. Évole también le pregunta cómo sorteó la situación. «Yo qué sé. Supongo que me daría esa risa nerviosa que te da ante una situación un poco inusual y violentita. Y deseando, eso sí, llegar pronto al hotel, llegar pronto a mi hotel, llegar pronto a mi hotel. Y luego tuve que rodar con él toda la película. Y no hubo nada». No se entiende que no cite el nombre del acosador ni el follonero se lo pregunte, tampoco parece que el asunto fuera otra cosa que una propuesta hecha con maneras torpes , pero ella admite que fue fuera del rodaje, que no volvió a pasar y que no tuvo consecuencias en el trabajo ni fuera del trabajo. Hombre, mujer, Ana Belén…

Louella Parsons escribió en mi blog: La Ministra de Igualdad dice que la canción ‘Zorra’ rompe moldes. Es justo al contrario. Crea un molde. El molde de una mujer amargada, resentida y desengañada de la vida.

Una imbécil que firma en X como Vigiola clamaba: “Murió asesinando el H de la gran P” “El almirante y el dictador firmando sentencias de muerte”. Incluye dos fotos ilustrativas: la primera de dos miembros del FRAP (Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo) y uno de ETA (Angel Otaegi), fusilados en Madrid y en Burgos respectivamente. La segunda muestra al almirante Carrero Blanco en actitud de jura, con Franco al fondo. Hombre, lo que pasa es que eso no puede ser: las ejecuciones de las que habla tuvieron lugar el 27 de septiembre de 1975, cuando ‘el almirante’ había sido asesinado 21 meses antes por ETA, el 20 de diciembre de 1973. Como para firmar nada.

No podía faltar Antonio Papell, naturalmente: “Es muy indigno que sectores reaccionarios de este país utilicen la sombra alargada de ETA para enrarecer con falsedades otros conflictos benignos (no cancerosos) como el catalán. Sin duda el nacionalismo catalán ha cometido errores de bulto, pero no el del terrorismo”. El terrorismo considerado como un error de bulto, no hay quien lo mejore. Bueno, sí, Thomas de Quincey: ‘El asesinato como una de las bellas artes’. Y para superar a Antonio Papell, nadie mejor que el propio Antonio Papell: “Va a ser muy difícil que la Junta de Fiscales convenza a la ciudadanía de que su detección de ‘indicios de terrorismo’ en el procés no es otra cosa que el fruto de un interés político corporativo. Es España sabemos que terrorismo es otra cosa. Y lo que vemos es política judicial barata, no búsqueda de la verdad”. A este mendrugo parece que le informa Vigiola.

Finalmente, el grandísimo Gulliver nos regala una décima en la que retrata a Alvaro García Ortiz, al letrado mayor del Congreso, Fernando Galindo, un siervo, un admirador, un esclavo, un amigo, y el Presidente del tribunal Constitucional.

Uno es Fiscal General,

otro es Letrado Mayor

y el tercero, que es peor,

rige el Constitucional.

Atados van al ronzal,

Bolaños los pastorea,

Pedro Sánchez los chulea

y los magrea también,

a todo dicen que “Amén”

mientras Puchi se chotea.