EL CORREO – 13/02/15
· Los expertos entregan sus propuestas para el centro que se creará en Vitoria y aconsejan una subsede en Madrid sobre el terrorismo yihadista.
BILBAO. El futuro Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo que se instalará en Vitoria otorgará especial atención a «prevenir el acercamiento de los jóvenes a ambientes proclives al uso de la violencia». Así lo explican los trece expertos a quienes el Ministerio del Interior encomendó elaborar un informe que definiera el perfil y las funciones del memorial, y que ayer entregaron sus conclusiones al titular de este departamento, Jorge Fernández Díaz. El ministro alabó el «magnífico esfuerzo» realizado por el equipo, cuyo dossier, junto con las aportaciones de las propias víctimas, constituirá la «piedra angular» para elaborar el verdadero relato de la violencia terrorista frente a los que quieren «pasar página» o los que buscan mantener «una equidistancia moral entre víctimas y victimarios».
A los ponentes les preocupa sobremanera que la abundante sangre derramada durante cinco décadas de terrorismo en España no caíga en el olvido y, sobre todo, que su recuerdo carmesí sirva a las nuevas generaciones para evitar otros episodios de violencia. Máxime, con el afloramiento de un nuevo caldo de cultivo radical y una vez que ETA decretó en 2011 el cese de su actividad armada. Así, plantean ampliar el proyecto original y crear una subsede del memorial en Madrid enfocada exclusivamente al terrorismo yihadista, cuya propaganda a través de las redes digitales y su consiguiente poder de captación sobre las capas de población más jóvenes inquieta a las fuerzas de seguridad. En la capital de España se alojaría toda la información relacionada con la masacre del 11 de marzo de 2004 que causó casi doscientos fallecidos.
En el memorial vitoriano los especialistas recomiendan desarrollar «actividades dirigidas específicamente» a estudiantes de ESO y Bachillerato, y que se prepare a los docentes para familiarizarse con los «problemas relacionados con el terrorismo y sus víctimas», de modo que «puedan sensibilizar a sus alumnos». Afirman que esa labor formativa es perfectamente compatible con un centro que debe ser «más que un museo». De hecho, la idea es alumbrar un proyecto único en Europa centrado en el recuerdo de los damnificados, pero también en la investigación de las bandas violentas y la prevención de sus acciones terroristas.
La mirada y la reflexión
«Su línea de fondo debe estar marcada por la mirada de las víctimas para provocar una reflexión sobre la violencia injustificada que han sufrido y contribuir a la necesidad de una autocrítica y a la deslegitimación del terrorismo», explicó ayer el periodista Florencio Domínguez, presidente de la comisión, durante la presentación del informe, que a partir de ahora será analizado por Interior. Domínguez añadió que la «misión principal» del centro pasa por la conservación de «las huellas del terrorismo y la memoria de sus víctimas» y la investigación «desde el rigor y el método científico, contribuyendo a la divulgación social de los conocimientos producidos», incluso con el uso de internet y con la supervisión de un consejo asesor.
Aparte de la entrega formal del documento, el acto de ayer en el ministerio contenía un componente plástico. O si se quiere, metafórico. Desde los orígenes del proyecto, el Gobierno ha puesto énfasis en la composición de la comisión de expertos, integrada por profesionales de diferentes disciplinas y procedentes de ámbitos plurales: Florencio Domínguez, Joseba Arregi, José Luis de la Cuesta, Javier Elzo, Iñaki Ezkerra, Gaizka Fernández, María de los Ángeles Gil, Javier Jordán, Francisco Llera, Jesús Loza, Javier Marrodán, Manuel Reyes Mate y Fernando Sáez.
Considera el Ejecutivo que si ellos han consensuado una agenda común de propuestas, éstas pueden abarcar a un espectro general de la sociedad. Entre los aspectos en que se han puesto de acuerdo está que el «eje vertebrador» de la iniciativa «serán las víctimas de ETA, sin olvidar las de otros grupos terroristas» como los GAL, el Batallón Vasco Español y los GRAPO. El periodo en estudio comprenderá desde el 1 de enero de 1960, como establece la ley, hasta octubre de 2011, cuando ETA anunció el cese de la violencia.
Además del instituto de investigación, el centro incluirá un banco de memoria, promocionará los homenajes y actos de recuerdo y mantendrá una exposición permanente donde se deje claro que «ninguna causa política, religiosa o de cualquier otro tipo justifica el uso de la violencia, que es ilegítima para conseguir objetivos políticos». Una escultura de Ibarrola presidirá el memorial.
EL CORREO – 13/02/15