José Alejandro Vara-Vozpópuli
  • Los asesores del presidente desbordan ya el ala oeste de Monclovia. Sube el presupuesto de la luz y descienden las esperanzas demoscópicas del sanchismo. Tezanos y Vasile, sus más fieles propagandistas, en declive

De ‘la lucecita del Pardo’ en tiempos del franquismo al despliegue de luminarias en la Monclovia del sanchismo. De la austera bombilla del caudillo al chorro de reflectores del presidente. «Luz, más luz», clamaba Goethe. En plena campaña de ahorro energético, Su Sublime y Asombrosa Grandeza, como le dirían los tiempos de Augusto, ha decidido aumentar en un 46 por ciento el presupuesto para electricidad de palacio, apenas medio millón de euros de subida. Eso no es ná, chiqui. El chocolate del loro.

¿A qué tal radiante fogonazo, a qué tal derroche de esplendor? Las dependencias presidenciales van a parecer las calles de Vigo Caballero en Navidad. Basta con echar un vistazo a la nómina de fichajes para comprender el derroche lumínico. Las circunstancias lo requieren, hay que tener bien alumbrados a los casi ochocientos asesores que laboran para el núcleo duro de Presidencia. Más de 300 están al servicio directo del Vuestra Ilustre y Magnífica Gravedad -por seguir con la enunciación imperial- según lo publicado por Roberto Pérez en Abc. En los tiempos de Augusto, apenas 148 secretarios se encargaban de la totalidad de las tareas encomendadas al gran maestre, una especie de jefe de Gabinete del inconmensurable césar. Para todo un imperio, el número de asesores ni siquiera llegaba a 200. Y sin internet.

El escenario actual es distinto. Ocurre que la gente mete la mano en el bolsillo y se topa con la zarpa de Emejota Montero, que ya se lo ha vaciado

La holgura presupuestaria con la que se manejan en Monclovia a la hora de los fichajes no tiene freno. Ni la obsesión en reclutar efectivos. Cincuenta asesores más, 3,5 millones de euros, se incorporan este curso, que es electoral por más señas. Todos ellos, en dependencia directa del presidente, ríete Augusto. Sánchez cuenta ya con casi trescientos más de los que figuraban en la nómina de Mariano Rajoy. Y subiendo a la par del recibo de la luz, en permanente escalada para atender a tanta lumbrera. ¿Y qué hace toda esa gente desperdigada por Monclovia, además de gastar? Sencillo. Se dedican al metaverso, esto es, a la propaganda obsesiva, mediática y digital con la que el sanchismo bombardea al maltratado contribuyente. Una variante castiza de la burbuja hipnótica de Zuckerberg, un universo ficticio más allá de la realidad. Puro verso.

El problema del líder socialista es que no le compensa tanto esfuerzo. Su estrategia es errónea. Está persuadido de que, ya que no le agradan las sacrificadas labores de gobierno ni le preocupan los rutinarios asuntos de la gestión (‘eso de la inflación es cosa de la intendencia», se le ha escuchado decir) centra todo su afán en el eslogan y el verso. «Nada es lo que es, sólo lo que parece», sentencian los coach de la cosa, o sea, los Migueles. La política del trampantojo, el ilusionismo y la estafa. Durante la pandemia, el gran predicador llegó a la conclusión de que cuanto arrojaba por el vertedero de la tele era engullido sin reparos por una sociedad sonámbula e idiotizada. El escenario actual es bien distinto. Ocurre que la gente se lleva la mano al bolsillo y se encuentra con que la zarpa de Emejota Monterola condesa de las Sagradas Larguezas, ya se lo ha rapiñado. No queda nada. Ni siquiera un agujero. O que va al súper y, en lugar de echar un vistazo por los estantes, se desploma desconsolado a llorar sobre el hombro de la cajera. «No me llega».

Predican la escasamente contrastada teoría de que Feijóo ha tocado techo y se desinfla, de que España no es Madrid, de que el supermayo no es la primera vuelta de las generales, de que España es de izquierdas y de que Sánchez es el más guapo

Confían los cientos de ilustres del metaverso en que con las suma de los pensionistas y los funcionarios ya vale para vencer en el futuro trance electoral. Los meapilas del PNV y los llorones racistas de Junqueras siempre estarán allí para sumar. La reedición de Frankenstein parece asegurada. Por si las dudas, y apoyados en el CIS de Tezanos, cacarean ahora la teoría de que Feijóo ha tocado techo y se desinfla, de que el líder de la oposición ‘tiene mucha experiencia’ pero no se entera, de que el supermayo no es la primera vuelta de las generales, de que el PP es el partido de los banqueros con puro, de que España es de izquierdas y Sánchez es el más guapo.

Más de 800 cerebros trabajando al unísono (803 exactamente) para arribar a semejante conclusión. Ya no caben en los despachos de Monclovia, han desbordado las instalaciones del Palacio, han reventado el ala oeste y la del este también. Bolaños, que no pisa suelo firme y le amenazan con Almeida, pretende contratar aún más asesores, más analistas, más expertos, más politoleches, porque las urnas vienen de nalgas. La fórmula del clientelismo presupuestario y la oleada de cheques multicolor apenas tienen efecto alguno en la demoscopia.

Proliferan ya síntomas del fin de ciclo. Teresa Fernández de la Vega deja su poltrona del Consejo de Estado para asirse a un sillón vitalicio. La fuga de mandos intermedios (los que saben y curran) cunde en la administración. Los barones reniegan de sus siglas y se distancian de su líder. Proliferan las zancadillas y las filtraciones. El ambiente en el Consejo de Ministros se ha tornado irrespirable, trans que te trans. Y para colmo, Berlusconi se carga a Vasile, el más eficaz propagandista de la izquierda del progreso. La que se avecina… ‘Luz, más luz’, esto se anima. Y el metaverso, la megatrola, se apaga.

El Varómetro de la semana

¿Vuelve Trump? ¿Vuelve Boris? ¿Vuelve Lula? ¿Vuelve Aznar// No sólo Dios no existe sino que intenta conseguir uno de esos bonos gratis para los trenes de cercanías. // ‘Ayuso es mala’, asegura El país, sea cuando sea que leas esto. // El Gobierno indulta a Santiago Ybarra (VocentoAbc). La ley de la Memoria Democrática le respeta el título del condado de Abra. ¿Y poggggqué? // RTVEPrisaJulia Otero, contrato de 5’5 millones…todos juntos en la misma noticia. Aquí debe haber un error. // Rubiales todavía sigue ahí.