Pablo Sebastián-Vozpópuli

  • El presidente de los EE.UU. está a punto de dinamitar las relaciones con la OTAN y la UE en pos de un triángulo imperial junto a Moscú y Pekín

Aunque los científicos lo han bautizado con las siglas de 2024 YR4 y lo han descrito como un asteroide de 50 metros de diámetro que puede impactar en la Tierra en 2032, más cierto parece que dicho meteorito es poca cosa si se lo compara con este otro asteroide llamado Donald Trump que está a punto de destruir el ‘orden internacional’ nacido tras el final de la II Guerra mundial (que ahora cumple 80 años), y de dinamitar las relaciones trasatlánticas y la OTAN, en pos de un triángulo imperial en el que EE.UU. ocuparía el vértice de la pirámide, seguido de Rusia y China, mientras Europa quedaría rebajada a una cuarta y más débil posición.

La ruptura de Trump con Zelenski al que el presidente norteamericano acusó, con flagrantes mentiras, de haber iniciado la guerra de Ucrania en 2022 -hace ahora tres años- y ha calificado de ‘dictador’ por oponerse a entregarle a USA el 50 % de sus minerales ‘raros’ sin una garantía previa de seguridad para la independencia de su país, ha abierto una nueva crisis.

Y ha destrozado el tablero político en el que se preveía una negociaciónde paz entre Trump y Putin sin la presencia de la UE ni de Zelenski. Todo ello en línea con otros disparates del meteorito Trump como son los relativos a su pretensión de controlar el Canal de Panamá, o de comprar Groelandia Dinamarca, de convertir a Canadá en el 51 Estado de la Unión que él preside y de expulsar a los palestinos de Gaza para crear allí un complejo de lujo residencial como ‘La Riviera de Oriente Próximo’.

Como ahora pretende hacerlo con Putin en Arabia Saudita en una sesión en la que blanqueará a su ‘amigo’ ruso ofreciéndole una gorra con el lema de Make Russia Great Again y con la consolidación de los territorios de Ucrania conquistados por Rusia

Y ello tras haber rebautizado el Golfo de México como Golfo de América, lo que ha provocado el veto de Trump a la agencia Associated Press en la Casa Blanca y los viajes presidenciales (todo un ejemplo de la libertad de información que pregona J.D. Vance en Europa) y ello porque la AP aún mantiene el título de Golfo de México.

Es verdad que Trump es capaz de insultar a Zelenski un día y, al día siguiente, de reunirse con él. Como ahora pretende hacerlo con Putin en Arabia Saudita en una sesión en la que blanqueará a su ‘amigo’ ruso ofreciéndole una gorra con el lema de Make Russia Great Again y con la consolidación de los territorios de Ucrania hasta ahora conquistados por Moscú. Un festín de Washington (al que Putin le daría los minerales de Ucrania) y de Moscú, que podría invitar a China a invadir Taiwán para que Xi Jinping también tenga su parte en el reparto del pastel.

¿Y Europa? De momento es el ‘convidado de piedra’ sin derecho a participar en las anunciadas negociaciones y, en consecuencia, obligada a cohesionarse y actuar -una vez que conozcamos los resultados de las elecciones de Alemania del próximo domingo- en favor de la independencia de Ucrania y de su entrada inmediata en la UE, olvidándose de momento de la OTAN, que ya ha debilitado Trump, y promoviendo la ‘Europa de la Seguridad y la Defensa’, cuyo diseño inició Josep Borrell en el anterior mandato del Consejo y la Comisión de la UE.

Una UE que, sin despreciar su relación política y tecnológica con China, deberá abrirse a Canadá, Australia y otros países de América Latina en pos de un autoabastecimiento alimentario y energético. Y este último aspecto, con obligado despliegue de nuevas y modernas centrales nucleares, en lugar de cerrar las ya existentes, como lo está ejecutando en España el presidente Sánchez quien, para colmo, no cesa de aumentar las compras del gas ruso de Putin.

Un meteorito llamado Sánchez

Es en este grave e incierto panorama internacional cuando sería necesaria una posición unitaria y concertada de España con las grandes naciones de la UE tras un acuerdo previo de los dos grandes partidos nacionales, el PSOE y el PP, como ha sugerido el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.

Pero resulta que en nuestro país también tenemos nuestro particular meteorito llamado Pedro Sánchez (quien ahora anuncia para el lunes una visita a Zelenski en Kiev), empeñado en atacar a la Justicia y a la prensa y en destruir la unidad nacional en la compañía de sus aliados nacionalistas y de la extrema izquierda. Lo que dificulta una posición unitaria de España en la UE.

Una unidad que Sánche presume de liderar en solitario, convencido de que la agresión y el desprecio de Trump a Europa, en las vísperas de la guerra comercial de los aranceles de USA, afectará a España y reforzará al PSOE en el ámbito electoral frente a la opción de un posible gobierno de Feijóo. Sobre todo ahora que Vox y se ha convertido en el ‘pony de Troya’ de Trump en un eventual y conservador futuro gobierno español.

Ese ‘Nacional Capitalismo’ que ahora acaba de sufrir un gran y sonoro descalabro en la Argentina de Javier Milei con la estafa de la criptomoneda ‘$Libra’ que el propio presidente promocionó y que no puede justificar

Al fondo de todo ello, y en el plano político-ideológico aparece el modelo del ‘Nacional Capitalismo’ que Trump pretende imponer en el flanco occidental y del que hizo alarde en Múnich el vicepresidente Vance -que en 2020 aplaudió el asalto golpista al Capitolio de Washington y en 2016 había calificado a Trump como el Hitler de los EE.UU.- en su sonado discurso de Munich en el que despreció a las democracias liberales de la UE y sus políticas progresistas en  la defensa de los Derechos Humanos y el Estado del Bienestar.  Ese ‘Nacional Capitalismo’ que ahora acaba de sufrir un gran y sonoro descalabro en la Argentina de Javier Milei con la estafa de la criptomoneda ‘$Libra’ que el propio presidente promocionó y que no puede justificar mientras dice que quien visita un casino siempre puede perder.

Sin embargo y, a pesar de la vigente tensión e incertidumbre internacional, se puede decir que por ahora nada está perdido y que es muy posible que Europa, a la que le asiste la Historia reciente, la verdad y su modelo democrático en vigor, acabará renaciendo de entre las las cenizas del modelo autárquico y destructivo que pretenden repartirse Vladímir Putin y Donald Trump.