ABC – 09/03/15
· La convocatoria de las autonómicas, pendiente del resultado de las municipales.
· Presiones a Mas Núria de Gispert (UDC) sugiere a Mas aplazar el 27-S si los partidos no le dan carácter plebiscitario.
Ninguna decisión antes de las municipales de mayo. El proceso soberanista en Cataluña, y de manera particular la fecha en la que se celebrarán los comicios autonómicos –en principio el 27 de septiembre, según el anuncio del presidente Artur Mas–, siguen en el aire. En círculos políticos catalanes se da por hecho que la celebración o no de las elecciones en la fecha anunciada dependerá en buena parte del resultado de las locales de mayo, convertidas en termómetro de un «proceso» que en las últimas semanas ofrecer síntomas de claro enfriamiento. Un retroceso importante de CiU, y de los partidos soberanistas en general, podría llevar al presidente Mas a autocorregirse y a no disolver la Cámara autonómica.
Aunque todas las formaciones en la comunidad trabajan con la expectativa de que las autonómicas serán en septiembre, también es cierto que ninguna descarta que Mas opte por intentar agotar la legislatura, algo en cualquier caso que en ERC y en entidades como la Asamblea Nacional verían como una declaración de guerra. Ningún escenario está descartado. Entre los partidos catalanes hay una desconfianza, fundada, en Mas, a quien ven como un táctico capaz de cualquier requiebro si el panorama electoral no le favorece.
«Atonía españolista»
«Sería suicida tomar una decisión firme antes de las municipales», explica a este diario un veterano dirigente ahora en primera fila precisamente de la política local catalana. El diagnóstico es claro: más allá de lo que digan las encuestas –pesimistas para el frente soberanista, al que no dan mayoría–, será en las municipales cuando se calibre de verdad el momento del proceso, y si es cierto que el desencanto se ha apoderado del soberanismo o solo está en modo pausa.
«No hay encuesta más fiable que unas elecciones», bromea el mismo dirigente, que añade que el 27-S permitirá, por ejemplo, calibrar el grado de movilización del voto no nacionalista en la Barcelona metropolitana, elemento clave que determinará el resultado en unas autonómicas que se pretenden «plebiscitarias» .
Muchos analistas señalan a este votante como decisivo. «Si el votante digamos españolista no sale de su atonía, el soberanismo será hegemónico, aunque su techo de votos se haya estancado. Hay una gran bolsa de votantes que sentimentalmente rechazan la independencia, pero que entienden que una separación con España les puede beneficiar. No harán nada por la independencia, tampoco por lo contrario. Esa franja, en Badalona, en L’Hospitalet, en Sabadell… es ahora la políticamente decisiva en Cataluña», explican a ABC fuentes de CiU.
La lectura del resultado de las municipales será pues decisiva para tomar una decisión con respecto a las autonómicas, y en caso de celebrarse, sobre el contenido más o menos rupturista del programa, con la declaración unilateral (DUI) como elemento determinante. Aunque las negociaciones han estado paradas, fuentes políticas aseguran que en los próximos días CiU y ERC reemprenderán las conversaciones para avanzar en una «hoja de ruta» que pretenden conduzca a un nuevo estado.
Ayer mismo, Josep Rull coordinador general de CDC y símbolo de la Convergència más independentista, aseguraba en RAC1 que este mismo mes se habrá alcanzado un acuerdo con ERC. Del resultado del acuerdo –pacto a dos en todo caso, ya que UDC, ICV y la CUP, que apoyaron el 9- N, se mantienen al margen– dependerá precisamente el grado de cohesión del frente no ya independentista, sí al menos el favorable al derecho a decididir.
Pactar con ERC, calmar a UDC
El dilema para CDC no es nuevo: contentar a ERC a riesgo de dejar por el camino al resto de partidos, particularmente a UDC; o rebajar el tono aún a riesgo de enfriar a los más exaltados. CDC, hábil en el doble lenguaje –como se apreció en el Consejo Nacional del pasado sábado–, tratará de que ninguna decisión sea definitiva. Por lo pronto ya han apaciguado los ánimos en Unió, donde la ruptura de la federación CiU se ve ahora más lejos.
Sea como fuere, lo cierto es que la condición que en su momento puso Mas para adelantar las elecciones, que estas tuviesen un carácter plebiscitario, está cada día más lejos de cumplirse. ICV –a favor del estado propio pero dentro de una España unilateral– y la CUP –que querría una DUI inmediata en caso de mayoría soberanista en las municipales– ya se han descolgado.
Ante este panorama, las voces que sugieren a Mas a que posponga las autonómicas comienzan a crecer. La presidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert (UDC) sugirió ayer a Mas que se se replantee el 27-S si el resto de los partidos no le reconocen su carácter plebiscitario. La imposibilidad que el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir –que agrupa a partidos, sindicatos y asociaciones– fuese incapaz el viernes de consensuar un documento que incluyese el término plebiscitario causó hondo malestar.
En círculos políticos se apunta a otro elemento ahora no considerado pero del que empieza a hablarse. La especulación entorno a la posibilidad de que el presidente Mariano Rajoy puede sorprender con un adelanto que haga coincidir las generales con las autonómicas –para lo que no existe impedimento legal– hacen que el escenario esté incluso más abierto.
ABC – 09/03/15