¿De verdad se creen en la Agencia Tributaria que 823 euros al mes dan para pagar un hospedaje mensual, el mantenimiento y consumo de un vehículo, un desplazamiento periódico entre España y Portugal y los gastos en alimentación?
Hace unos días supimos que, para cumplir el requerimiento recibido de la jueza de Badajoz que instruye el caso de David Sánchez, la Agencia Tributaria remitió un informe anónimo. Algo inédito, inaudito y en mi opinión claramente irregular. Ahora hemos sabido que, forzada por la jueza a confesar la autoría del documento, la entidad ha manifestado que sus autores son los tres principales directivos de la Delegación Especial de la AEAT en Extremadura. Circunstancia que, de ser cierta, resulta también inédita, inaudita y en mi opinión claramente irregular. Con todo, la cuestión es que el contenido del informe remitido al Juzgado es asimismo inédito, inaudito y en mi opinión claramente irregular.
Son muchas las enmiendas que cabe hacer al informe, un auténtico enjambre laberíntico de normas, sentencias, datos… que parece elaborado con el único objeto de resultar indescifrable para cualquier lector, incluida la jueza a la que va destinado. No obstante, voy a centrarme en el modo en el que se cumple el mandato judicial de determinar “si de todos los datos y documentación de los que dispone la Agencia Tributaria puede determinarse un incremento en su patrimonio que no sea consecuencia de sus ingresos”, referido uno y otros a David Sánchez. Y más en concreto, me centraré en cómo se cumple en lo que respecta al año 2.022.
Como es obvio, determinar lo que debía ser determinado exigía que en el informe se procediera a cifrar el importe de la renta disponible que obtuvo David Sánchez en 2022, cuantificar el importe del ahorro que fue capaz de acumular en dicho año y confrontar una cifra con la otra pues nadie puede ahorrar más de la renta que le queda libre tras descontar los impuestos pagados y los gastos ineludibles para su subsistencia. Veamos cómo se trata esta cuestión en el ínclito informe remitido por la AEAT.
El hermano del presidente habría sido capaz de ahorrar un importe superior al de sus ingresos netos ¡milagro! ¿Cómo es posible semejante hazaña? Ni siquiera siendo el hermano del presidente del Gobierno es posible realizar legalmente semejante juego de magia
Se expone en el infausto informe (página 27) que, durante 2022, David Sánchez aumentó el saldo de sus cuentas bancarias en 10.323,37 euros y que adquirió criptomonedas por importe de 31.434,31 euros. Como no consta en el informe ningún otro movimiento patrimonial más en dicho ejercicio, quiere decirse que durante 2022 David Sánchez ahorró -incrementó su patrimonio- en 41.757,68 euros -10.323,37 más 31.434,32-. A partir de este dato, y de acuerdo con el requerimiento de la jueza, se trataba de determinar si este aumento es o no acorde con los ingresos que obtuvo durante el ejercicio. Aquí empieza el quilombo.
En la página 17 del informe figura que el importe de la renta neta obtenida por David Sánchez en 2022 fue 38.588,61 euros y sin embargo en la página 28 se refleja que dicho importe es 51.636,71 euros. Más allá de la evidente e injustificada incoherencia, es evidente que el primero de los importes -38.588,61 euros- es inferior al incremento patrimonial que, fruto del ahorro, se produjo en 2022 -41.757,68 euros- por lo que el hermano del presidente habría sido capaz de ahorrar un importe superior al de sus ingresos netos ¡milagro! ¿Cómo es posible semejante hazaña? Ni siquiera siendo el hermano del presidente del Gobierno es posible ser capaz de llegar a realizar legalmente semejante juego de magia. Pero es que incluso de considerar la segunda cifra dada en el informe -51.636,71 euros-, las cuentas tampoco salen como vamos a explicar.
Digo yo que David Sánchez habrá tenido que alimentarse. Y todo admitiendo que en 2022 no haya tenido gasto alguno en vestirse, en ocio o en ninguna alegría en establecimientos de hostelería que no fuera su hospedaje permanente
Veamos, en función de las dos últimas cifras expuestas, el informe de la Agencia Tributaria está diciendo que la renta fiscal neta de David Sánchez en 2022 fue 9.879,03 euros -51.636,71 menos 41.757,68-, lo que equivale a 823,25 euros mensuales. Ésta sería la cantidad mensual de dinero de la que él habría dispuesto para vivir sufragando con ella todos los gastos que no son fiscalmente deducibles. Y con este importe habría pagado el gasto por hospedaje permanente en Portugal, gasto del que dice la AEAT que David Sánchez ha aportado las facturas si bien se guarda muy mucho de señalar el importe de las mismas, pequeña curiosidad cuya omisión pudiera resultar inevitable para no desnudar el artificio global del informe. También habría tenido David Sánchez -con 823,25 euros mensuales que hacer frente a los gastos ocasionados por el vehículo Honda que tenía en 2022 como son la prima del seguro, el mantenimiento y el consumo de combustible, incluyendo aquí los posibles desplazamientos entre Portugal y España para ir y volver a su centro de trabajo. Y finalmente, digo yo, que David Sánchez habrá tenido que alimentarse. Y todo admitiendo que en 2022 no haya tenido gasto alguno en vestirse, en ocio o en ninguna alegría en establecimientos de hostelería que no fuera su hospedaje permanente.
Injustificable encubrimiento
¿De verdad se creen en la Agencia Tributaria que 823 euros al mes dan para pagar un hospedaje mensual, el mantenimiento y consumo de un vehículo, un desplazamiento periódico entre España y Portugal y los gastos en alimentación? ¡Son unos verdaderos artistas! Francamente, si fuera posible lo anterior yo querría que bien David Sánchez, bien la Agencia Tributaria, se conviertan en administradores de mis ingresos porque su habilidad para administrar 823 euros al mes es más que digna de elogio. En realidad y fuera de bromas en este punto -como en tantos otros- el informe remitido a la jueza es un auténtico dislate, un insulto a la inteligencia, un intento de tomadura de pelo a una autoridad judicial y, quizás, el injustificable encubrimiento por parte de una entidad administrativa de presuntos ilícitos cometidos por un individuo. Que éste sea el hermano del presidente del Gobierno no resta un ápice a la gravedad de la cuestión. Por el contrario, en mi opinión es un agravante pues podríamos estar ante el uso indebido de una institución oficial como es la Agencia Tributaria en beneficio de un interés particular, el de David Sánchez.
Y ¡ojo!, debe quedar constancia que, sobre lo más sospechoso de la situación patrimonial de David Sánchez como es el elevado aumento de su patrimonio habido en el año de la pandemia, en torno a 1,5 millones de euros según el propio afectado ha reconocido en sus declaraciones de bienes y derechos a la Diputación de Badajoz, en el glorioso informe de la Agencia Tributaria no se tiene a bien explicar o aclarar nada, ni siquiera mencionar el asunto.