EL CORREO 01/12/13
· Urkullu había exigido por escrito a Rajoy «una rectificación» de unas acusaciones «falsas, injustas e impropias de un Gobierno que se precie».
El último encontronazo entre los Gobiernos central y vasco, que podía haber abierto un conflicto en toda regla entre Madrid y Vitoria, se quedó finalmente ayer en un incidente desagradable después de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se disculpase personalmente con su homóloga vasca, Estefanía Beltrán de Heredia, por haber insinuado que la Ertzaintza hace la vista gorda ante los recibimientos a los etarras excarcelados. Si la competencia en materia de orden público en Euskadi fuera «de la Policía o de la Guardia Civil», aseveró Fernández Díaz el viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, «les aseguro que esto no se hubiera producido».
El comentario, en el que se explayó al recalcar que si fuera responsabilidad suya habría dado «las órdenes oportunas» para evitar cualquier presunto delito de enaltecimiento del terrorismo, provocó un notable malestar en el Gobierno vasco, que recibió las palabras del ministro con disgusto al considerarlas no solo una «estridencia» sino también «injustas». La titular de Seguridad quiso puntualizar que la Ertzaintza vela siempre por el cumplimiento de la ley e investiga con diligencia tanto esos posibles delitos como los últimos episodios de kale borroka.
Pero la mecha había prendido, pese a que el propio Gobierno vasco interpretaba en privado las palabras del ministro como una consecuencia del tenso ambiente que se vive en el gabinete de Mariano Rajoy a raíz del monumental enfado de un sector de las víctimas tras la derogación de la ‘doctrina Parot’, de la que indirectamente responsabilizan al PP. Indignado, el lehendakari Iñigo Urkullu decidió dirigirse por escrito el mismo viernes por la noche al jefe del Ejecutivo central para exigirle «una rectificación en toda regla» de las declaraciones del máximo responsable de la seguridad del Estado, con quien los choques han sido continuos.
Beltrán de Heredia se ha quejado públicamente del «menosprecio» del ministerio a la Policía autonómica al interferir, según ha denunciado, en sus operativos y le ha afeado, además, que posponga sin fecha la reunión de la junta de seguridad que el Gobierno vasco reclama desde que tomó posesión. El ministro se ha mostrado muy beligerante además con el plan de paz, ahora remozado, que redactó Jonan Fernández, a quien llegó a negar el saludo en un homenaje a las víctimas.
Con esos antecedentes, el Ejecutivo central ha preferido no tensar más la cuerda, después de que el portavoz del gabinete jeltzale, Josu Erkoreka, reiterara ayer, tras desvelar que Urkullu había enviado una queja formal a Rajoy, la exigencia de una disculpa por unas declaraciones «absolutamente inadmisibles, falsas, injustas, enormemente graves e impropias de un Gobierno que se precie». Según subrayó, las insinuaciones del titular de Interior «responden más a una provocación que a unos hechos constatados que se correspondan con la realidad».
La Moncloa recogió el guante. Fue el propio ministro Fernández Díaz, el que, a primera hora de la tarde, marcó el número de la consejera de Seguridad para disculparse con ella y pedirle que hiciese extensivo el mensaje al lehendakari Urkullu, según desvelaron fuentes del Ejecutivo autónomo. El Gobierno vasco, añadieron los mismos medios, «acepta las disculpas», pero «manifiesta su perplejidad por este tipo de actitudes», no sin lamentar que el gabinete de Rajoy siga «atenazado por la presión de quienes viven en el pasado y también critican a todo lo que represente autogobierno vasco, como, por ejemplo, la Ertzaintza», en velada referencia a los sectores más a su derecha y a UPyD.
«Envueltos en el dilema»
«Perplejidad», añadieron, «porque el partido gobernante español siga envuelto en el dilema de entender que estamos ante un nuevo tiempo y de hacer una defensa encendida de la Ertzaintza frente al propio Gobierno vasco», un mensaje en clara respuesta a los populares vascos, cuyo ‘número dos’, Iñaki Oyarzábal, había cerrado filas por la mañana con la Policía autonómica pero sin soslayar la crítica política al gabinete de Iñigo Urkullu.
«La Ertzaintza quiere actuar más de lo que le dejan», lamentó Oyarzábal en la tertulia que cada sábado sostienen representantes de todo el arco parlamentario en Radio Euskadi, donde, haciendo equilibrios, reconoció el «error» de Fernández Díaz, pero colocó el acento en la necesidad de que el Ejecutivo vasco «se ponga las pilas». Eso sí, reconoció que, más que los recibimientos en sí, lo que le preocupa es que haya gente en Euskadi «que siga dispuesta a aplaudir a esta gentuza que sale de la cárcel sin haberse arrepentido».
Por su parte, el jeltzale Joseba Egibar atribuyó el patinazo del ministro a su «nerviosismo» por tener que gestionar la derogación de la ‘doctrina Parot’; Txarli Prieto (PSE) habló de «indecencia política» por intentar «enfrentar» a los distintos cuerpos policiales y Juanjo Agirrezabala (EH Bildu) censuró que «se levanten alfombras para buscar homenajes», mientras Gorka Maneiro (UPyD) exigió más contundencia a Urkullu.
EL CORREO 01/12/13