EL MUNDO – 05/04/16
· La Asamblea Nacional Catalana (ANC) congela sus campañas tras tener que pagar a Hacienda 176.000.
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) cerró 2015 en números rojos. La entidad impulsora de las grandes manifestaciones independentistas en Cataluña acabó el pasado ejercicio con un déficit de 132.000 euros que achacó a «diferentes actuaciones del Estado». Según una memoria económica remitida a sus socios, la ANC tuvo que hacer frente al pago de 176.000 euros a Hacienda tras sufrir una inspección fiscal, y al abono de otros 83.000 euros para cumplir con una sanción que le impuso la Agencia de Protección de Datos.
El balance presupuestario de la entidad secesionista detalla que el pasado año ingresó 5,2 millones de euros y gastó otros 5,09 millones. Unas cuentas equilibradas que acabaron descuadrándose tras esos pagos imprevistos al Estado de más de 250.000 euros.
La Agencia de Protección de Datos multó a la organización por el uso de la información recabada en una macroencuesta previa a la consulta del 9-N para conocer las preferencias ideológicas de los catalanes. Mientras, los pagos añadidos a Hacienda responden a un «ajuste» en el cálculo del Impuesto de Sociedades «resultante de la inspección» del Fisco.
El expediente de la ANC –al que este diario ha tenido acceso– admite que la organización tuvo que hacer frente a un 2015 muy exigente, que provocó «un fuerte impacto» en su economía. La organización destinó a campañas propagandísticas 3,4 millones de euros, entre ellas las pensadas para impulsar la participación en la manifestación de la Diada que llenó la avenida Meridiana de Barcelona de independentistas o las elecciones «plebiscitarias» del 27-S, en las que la ya ex presidenta de la entidad, Carme Forcadell, concurrió como candidata de Junts pel Sí. También la partida de personal aumentó notablemente: hasta 400.000 euros gastó la ANC para pagar a sus asalariados, pese al carácter voluntarista del que siempre se ha jactado.
Esos importantes desembolsos fueron posibles gracias a las aportaciones de los socios, las donaciones y la venta de mercadotecnia. En 2015, los miembros de la ANC inyectaron 1,6 millones de euros a las arcas de la entidad secesionista a través del pago de sus cuotas. Y exactamente la misma cantidad recibió la asociación presidida ahora por Jordi Sànchez mediante donaciones. Por último, la ANC asegura haber recaudado 1,2 millones a través de la venta de artículos con motivos soberanistas. Una cifra bastante menor a la esperada, pues el pasado septiembre la organización anunció haber conseguido 2,7 millones con la venta de las camisetas oficiales de la Via Lliure a la República Catalana.
Las previsiones para 2016 son mucho más austeras. Este año, la ANC prevé ingresar 1,8 millones frente a los 5,2 millones de 2015. Las cuotas de socios se mantendrían –ascendiendo a 1,7 millones de euros–, pero la organización no se atreve a realizar proyecciones de los ingresos que recibirá por donaciones o ventas de sus productos.
En consecuencia, el capítulo de gastos también es mucho más comedido. En un año determinante para la «desconexión» del resto de España, la organización independentista más importante de Cataluña únicamente calcula gastar 946.000 euros en campañas propagandísticas, frente a los 3,4 millones de 2015.
Se da la circunstancia de que la última hoja de ruta de la ANC contempla una desaceleración del proceso independentista y el retorno a la celebración de una consulta de autodeterminación pactada con el Gobierno central.
En su nuevo guión –que, como la memoria económica, se votará en asamblea el próximo 17 de abril–, la ANC sostiene que «habrá que acordar un referéndum vinculante en Cataluña para no parar el proceso independentista si el Estado se comprometiese a hacerlo a corto plazo». Con esta aserción, la Asamblea se amolda al discurso de Convergència, quien ya apuesta abiertamente por esta opción y está dispuesta a apoyar la investidura del aspirante al presidente del Gobierno que respalde el referéndum.
En su anterior hoja de ruta, la ANC afirmaba: «La consulta, tal y como estaba planteada por el Govern, ha quedado del todo superada. Nos encontramos en un escenario que se completa el 27-S con la celebración de unas elecciones que deben ser la consulta definitiva». Sin embargo, ahora ese plebiscito ha dejado de tener un carácter definitivo para la ANC y ello le conduce a no prever grandes gastos en campañas de presión durante este año.
La asociación independentista está centrada en conseguir la reedición de Junts pel Sí ante la posible repetición de las elecciones generales en junio. «Todo el debate sobre el futuro de Cataluña está en el Congreso», admite su presidente.
El frenazo del procés ya está siendo detectado por Societat Civil Catalana. La entidad contraria a la secesión presentó ayer una nueva campaña para explicar «el fracaso del proceso independentista», en palabras de su vicepresidente, Joaquim Coll. Se trata de una serie de conferencias y actos que se realizarán durante el próximo mes y que contarán con expertos que explicarán con datos objetivos «el doble engaño del soberanismo», según Coll, ya que por un lado los diputados independentistas en el Parlament no representan a la mayoría de catalanes «por lo que no tienen un mandato democrático», y por otro lado, «explican que se preparan en los próximos meses para una desconexión que no va a producirse», informa Germán González.
EL MUNDO – 05/04/16