ABC 02/08/14
ENTREVISTA, NICOLÁS REDONDO TERREROS
· «En España existe la costumbre que nos lleva a enorgullecernos de defraudar la ley»
Nicolás Redondo Terreros (Portugalete, 1958) abandonó el Partido Socialista de Euskadi por discrepancias ideológicas y políticas. Ahora, preside la Fundación para la Libertad, un espacio para los que viven en el País Vasco «entre silencios temerosos». Para evitar «esa espiral del silencio» en Cataluña, firmó el manifiesto de Libres e Iguales, con la intención de conseguir que sean los ciudadanos españoles los que decidan en su conjunto el futuro del país.
P- ¿Hasta qué punto era necesario un movimiento cívico como Libres e Iguales?
R- Necesitamos proteger el derecho a decidir de los españoles respecto a su futuro. Eso es algo innegociable. Era necesario emprender una batalla pacífica contra el nacionalismo. Ellos han ido ganando las batallas semánticas porque no nos estábamos enfrentado, y así han ido imponiendo su pensamiento. Los nacionalistas representan la peor de las tradiciones españolas: el aislacionismo y una superioridad injustificada.
P- ¿Es la independencia una utopía?
R- No me planteo la cuestión de la independencia de Cataluña. La comunidad catalana nunca ha sido sola, ni un sujeto independiente. Somos producto de una historia. El pasado y la historia no son una cadena, pero tengo claro que hay que respetar la ley. No se puede reivindicar el derecho a decidir en Cataluña robándonos al resto ese derecho. Es algo que nos garantiza la Constitución, una Constitución que también se aprobó en Cataluña.
P- ¿Qué diferencias ve entre el deseo independentista vasco y el catalán?
R- Nuestra situación fue distinta. Tenía el dramatismo de ETA. Por otro lado, el nacionalismo de Ibarretxe o el de Arzalluz nunca llegó tan lejos como el de Mas. Además, finalmente aceptaron la legalidad y la voluntad de los ciudadanos españoles. Muchas veces tengo la sensación de que el nacionalismo catalán enarbola algunas de las experiencias más negras que quisimos olvidar en 1977.
P- Usted es jurista. ¿Qué papel juega la legalidad en este asunto?
R- En España existe una tradición que nos lleva a enorgullecernos de defraudar la ley. Eso se tiene que acabar. La ley debemos acatarla todos, y merece una defensa poderosa. No debe ser una ley eterna ni divina. Se puede cambiar. Quien quiera hacerlo que lo intente, pero mientras exista debe respetarse, y los primeros que tienen que hacerlo son los responsables políticos e institucionales para dar ejemplo.
P- ¿Qué diferencia a una sociedad que tiene un sentimiento nacionalista de la que no lo tiene?
R- La política es poliédrica y mucho más variable. Para gobernar una comunidad así hace falta mucha capacidad, sutileza e inteligencia.
P – ¿Se está alcanzando el límite?
R- Ahora mismo, Mas es prisionero de movimientos populistas que él mismo ha creado. No tiene margen de maniobra y le veo incapaz de liderar una situación como ésta. No hay que negociar porque no hay dos partes. La Generalitat también forma parte del Estado.