Ni rastro de los exámenes bilingües en castellano y catalán. Apenas tres fotocopias escondidas en una esquina de la mesa bastaron para cubrir el expediente. La nueva normativa implantada este curso en la Selectividad en Baleares, que permite a los alumnos por primera vez pedir sus exámenes en castellano, ha quedado reducida a la mínima expresión: se reparten los exámenes en catalán a todos los chavales, se reservan tres fotocopias traducidas al castellano en cada aula (de 28 alumnos) y se usan sólo en el caso de que un alumno pida ex profeso la prueba en español. Si eso ocurre, el profesor debe apuntarlo en la hoja de control para llevar la cuenta de los disidentes. «Una manera bastante desfavorable», replica el portavoz de Ciudadanos en el Parlamento balear, Xavier Pericay, que censura que los alumnos lo tengan que pedir.
Hoy acaba la Selectividad en Baleares para 4.000 alumnos de las Islas, pero continúa la polémica por la libre elección de lengua en los enunciados de estas pruebas. Los profesores nacionalistas tratan de boicotear la alternativa en castellano argumentando que «fomenta el odio y la fobia» contra el catalán y exigen que las preguntas vuelvan a estar exclusivamente en catalán.
A las presiones de los vocales del Tribunal de Selectividad que renunciaron el viernes –entre ellos el profesor Jaume Sastre, conocido por hacer huelga de hambre contra el trilingüismo del PP en la anterior legislatura– y de la Asamblea de Docentes, Esquerra Republicana de Catalunya, el sindicato STEI y la Obra Cultural balear, se sumaron ayer los nacionalistas de Més y Podemos.
Més, que gobierna junto con el PSOE en Baleares y que comparte la Consejería de Educación con los socialistas, reprocha esta decisión al conseller Martí March y al rector de la Universidad de las Islas Baleares. Asegura que supone «un paso atrás en la normalización del catalán».
La formación muestra su incomodidad con que no se haya consensuado con la comunidad educativa y con el resto del Govern y pide que se revierta de cara al año que viene. «Nosotros no podemos compartir el modelo sociolingüístico del PP madrileño o de Ciudadanos. Creemos en una sociedad en la que la lengua propia pueda ser empleada con total normalidad», argumentó ayer la coportavoz de Més en el Parlament, Bel Busquets.
Podemos, el socio externo del Govern balear, también reprueba el bilingüismo en los enunciados de estas pruebas e, igual que el PSOE, dice que «no existe un problema».
Desde el PP, el portavoz adjunto, Juan Manuel Lafuente, reclama que este derecho «debe ser efectivo» y «no una opción oculta o que solamente quien protesta lo pueda hacer». Insiste en que los estudiantes «tengan toda la información para, con libertad, elegir el idioma en igualdad de condiciones».
Ajenos a la polémica política, cuatro alumnos han explicado a este diario por qué levantaron la mano y eligieron los exámenes en castellano.