EL MUNDO – 04/01/16
· Los antisistema, divididos, rechazan por 6 votos investir a Mas y proponen a JxS que les presenten otro nombre.
· Los socios del ‘president’ rechazan el órdago de la CUP y CDC avisa de que no hay «candidato alternativo».
· Si los independentistas no logran un acuerdo antes del día 10, Cataluña tendrá los cuartos comicios desde 2010.
· «No nos rendimos», dice Junqueras, y el Gobierno cree que ahora gana tiempo para lograr una respuesta unitaria.
La Candidatura d’Unitat Popular (CUP) cumplió su principal promesa electoral y decidió no apoyar la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat de Cataluña. La formación antisistema acordó en su Consejo Político celebrado ayer en Barcelona que los 10 diputados de la CUP en el Parlament se abstendrían si se celebrase un pleno de investidura en los próximos días. Si el 10 de enero no hay acuerdo para elegir un nuevo president, inmediatamente se deberán convocar elecciones autonómicas antes de la primera semana de marzo.
La CUP dejó claro con su decisión que no se trata de un rechazo al proceso independentista, sino que simplemente no están de acuerdo con la figura de Artur Mas –asociado con los recortes y la corrupción– como líder de la ruptura con España. Por eso, emplazaron a Junts pel Sí a «mover ficha» esta semana para llegar a un acuerdo de investidura.
En noviembre pasado, el líder de la CUP en el Parlament, Antonio Baños, dejó claro en el debate de investidura que su formación no estaba dispuesta a apoyar a Artur Mas. En aquella ocasión aseguró que los diputados de su partido votarían «un no tranquilo», lo que dejaba una puerta abierta a la negociación con Junts pel Sí para pactar un apoyo al presidente en funciones. Tres meses después, y tras un paquete de medidas ofrecidas por la formación de Mas, la decisión de la CUP ha variado de la negativa tranquila a 10 abstenciones, lo que es insuficiente para que el candidato de Junts pel Sí repita al frente del Govern.
De poco ha servido la declaración soberanista aprobada en el Parlament en el mismo pleno de constitución, el 9 de noviembre, o proponer tres vicepresidencias con un presidente casi sin funciones. La CUP, siguiendo su proceso interno asambleario, decidió ayer no investir a Mas pese a los cantos de sirena que le llegaron de la coalición de fuerzas formada por CDC, ERC y entidades soberanistas con la independencia como único objetivo.
Tras su decisión, la CUP dejó claro que el principal escollo del acuerdo ha sido la figura de Mas. La diputada Gabriela Serra emplazó a Junts pel Sí a que «empiece a mover ficha» si quiere salvar la legislatura. Por eso instó a esta formación a proponer a otro candidato alternativo porque «el proceso no acaba hoy» y porque su formación estará esperando «nuevas propuestas». Serra reconoció que las negociaciones quedaron reducidas para la CUP en el «quién» es el candidato a la Presidencia, ya que podrían estar de acuerdo en el «qué», el «cómo» o el «cuándo», en alusión a la independencia de Cataluña.
La principal conclusión de la reunión de ayer es que «cualquier acuerdo no pasa por Mas», como expresaron los diputados Gabriela Serra y Sergi Saladié. «En las elecciones del 27 de septiembre íbamos a votar por la independencia, no votábamos Mas sí o Mas no», destacó Saladié, quien detalló que no cerraban la puerta «a que Junts pel Sí proponga otro candidato esta semana». Además, recordó que en varias ocasiones Mas ha afirmado que nunca será un obstáculo en el camino hacia la independencia. «Es el momento de demostrarlo», añadió.
Por el momento, esta opción está descartada, por lo que todo apunta a que se convocarán de nuevo elecciones autonómicas. Dirigentes de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) explicaron a Efe que «no hay candidato alternativo» a Artur Mas, ya que «no es una cuestión de personas, es lo que representa». Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) celebrará este lunes una ejecutiva nacional para analizar la situación tras el rechazo de la CUP.
La formación anticapitalista recuerda los elementos que los unen a los partidos soberanistas y el único que rechazan. «Tenemos mayoría absoluta para ir hacia la independencia, pero no en el candidato», explicó Saladié. Además, el diputado consideró que es necesario cambiar a Artur Mas para ampliar la base del independentismo en Cataluña, que no llega al 50% de la población. Recordó que Junts pel Sí también deberá «rendir cuentas» ante su electorado por no haber conseguido un acuerdo para la investidura.
Por su parte, Serra afirmó que unas elecciones anticipadas serían una «consecuencia del inmovilismo» de los que han realizado una propuesta concreta y no han querido cambiarla en tres meses de negociaciones. Pese a esto, indicó que en caso de proponer a otro candidato, su partido no debería pasar por el proceso de las últimas semanas, sino que en el acuerdo adoptado ya están previstos posibles nuevos apoyos. La diputada recordó que pueden convocar un Consejo Nacional «cuando sea necesario y tomar una decisión final». También insinuó que no se debería celebrar el pleno de investidura, ya que «si alguien se quiere evitar un disgusto mejor no convocarlo».
Después de la asamblea que acabó en empate, esta semana se habían intensificado los debates internos de la CUP, que cristalizaron ayer con la reunión de los 67 miembros de su Consejo Político en Barcelona, en los que había representantes de las asambleas territoriales y de las organizaciones que forman este partido. Aunque en principio se debían debatir las opciones de apoyar o no la investidura del candidato de Junts pel Sí, los representantes de las asambleas territoriales aportaron cuatro propuestas más que fueron valoradas en un primer debate y posterior votación. La opción de investir a Artur Mas cayó en la primera ronda de votaciones que se hicieron a mano alzada y con cartulinas naranjas y verdes.
De las seis propuestas que estaban sobre la mesa, sólo dos tuvieron la mayoría necesaria para pasar a la segunda ronda. La primera, propuesta por el secretariado de la CUP, era que los diputados decidiesen abstenerse en el Parlament, por lo que no se investiría a Mas, mientras que la segunda, realizada por las asambleas territoriales, era un rechazo frontal a la candidatura del presidente en funciones. Finalmente, la opción que obtuvo más apoyos entre los asistentes a la reunión fue la decisión de que todos los diputados se abstuvieran en la investidura. El portavoz del Secretariado, Xavier Generó, explicó que los 11 votos del Grupo de Acción Parlamentaria desequilibraron la balanza en contra de Mas, ya que los miembros del Consejo Político de la CUP, entre los que están las asambleas territoriales, habían realizado un empate técnico al votar por separado las dos propuestas y obtener cada una 29 votos a favor, 27 en contra y una abstención.
La decisión de la CUP no sólo fracturó el soberanismo –que se enzarzó en una disputa por las redes sociales–, sino a la propia formación antisistema y anticapitalista. Gabriela Serra desmintió algunas informaciones por las que Antonio Baños valoraba dimitir –ya que era una de las personas que en un principio apoyaban investir a Mas–, aunque la diputada reconoció que el complejo sistema de debate y voto interno les había afectado. «Este resultado no nos provoca una satisfacción enorme, ya que no es el escenario que habíamos querido. Siempre se puede hacer mejor y lo hemos hecho con coherencia y con dignidad», destacó la diputada. La asamblea local de la CUP en Arenys de Mar también dijo que el rechazo a Mas «no representa a la voluntad de la militancia». El concejal de la CUP en Gerona Lluc Salellas afirmó que «todo es decepcionante» ya que se ha trabajado «internamente por otro escenario. No lo hemos conseguido. Debemos asumir la responsabilidad».
EL MUNDO – 04/01/16