El nuevo oasis

LA VANGUARDIA 09/03/13
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

La llegada de Mercadona al País Vasco, única comunidad donde estaba ausente, certifica la normalidad.

Hubo un tiempo en que, en el habitualmente agitado mar de la política española, a Catalunya se la identificaba con un oasis de tranquilidad. En el polo opuesto se situaba el País Vasco, agitado por permanentes tensiones políticas, agravadas por la presencia del terrorismo etarra. Los papeles de Catalunya y el País Vasco parecen haberse cambiado de forma sustancial. Catalunya se ve ahora sometida a tensiones políticas suscitadas por la radicalización del nacionalismo que había sido tradicionalmente moderado y azotada por los escándalos de espionaje o de corrupción que ofrecen episodios para llenar cada día las portadas. Lo del oasis catalán es ya historia.Euskadi, en cambio, desde hace algún tiempo ha desaparecido de la primera línea informativa. No es que no haya problemas. Los hay y serios. La crisis económica ha alcanzado al País Vasco con retraso porque su estructura económica era diferente, pero al final ha llegado y va a hacer que el 2013, en palabras del lehendakari Urkullu, vaya a ser “el peor año”. Los datos del paro vasco evolucionan ahora peor que la media española y se acercan a los que había en los peores momentos de la crisis industrial de los ochenta. El estancamiento de las naciones europeas punteras, destino principal de las exportaciones industriales vascas, se ha traducido en un serio deterioro económico en Euskadi.

Además de la crisis económica, el Gobierno vasco se encuentra en minoría parlamentaria y no termina de encontrar apoyos suficientes para sacar adelante los presupuestos. La discusión del momento en la política vasca se centra en la falta de decisiones del Ejecutivo que preside Iñigo Urkullu. Se debate si se trata de un gobierno contemplativo o si, como dicen algunos, el lehendakari opera con motor diésel, de arrancada lenta, pero imparable cuando se pone en marcha.Hay problemas, pero son los normales en una sociedad. Incluso la cuestión del terrorismo ha desaparecido de la vida cotidiana de la mayoría de los ciudadanos tras décadas en las que condicionó la vida pública vasca. Y eso que en las últimas semanas los análisis de situación han in corporado elementos preocupantes con los que no se había contado en el último año y medio, como la posibilidad de que se estén registrando tensiones en el seno de ETA y las incertidumbres que eso acarrea. Pero esas inquietudes quedan reservadas para los iniciados y no afectan al ciudadano de la calle.El anuncio de Mercadona de que se va a instalar en el País Vasco es, probablemente, la confirmación oficial de que la normalidad ha llegado a Euskadi, la única comunidad en la que estaba ausente una firma que es algo más que un supermercado. Es un fenómeno social y económico que atrae clientes desde muchos kilómetros de distancia no para ir de compras, sino en peregrinación. La llegada de Mercadona es la prueba del nueve del fin de la excepcionalidad vasca.