EL MUNDO, 6/10/11
Dicha reconciliación, dice, no consiste en ‘el olvido de las injusticias’
Cree que la sociedad espera ‘con impaciencia’ el fin del terrorismo
El obispo emérito de Donostia-San Sebastián, Juan María Uriarte, ha manifestado esta tarde que una gran parte de la sociedad vasca «espera con impaciencia» que anuncie «el cese definitivo de la violencia terrorista». En una conferencia pronunciada en el GOAZ Museum de Sabino Arana Fundazioa, monseñor Uriarte ha asegurado que ve a la sociedad vasca esperanzada con el final de ETA y que la mayoría «desea que todas las instancias sociales y políticas contribuyan al pronto cumplimiento de esta esperanza».
El obispo ha indicado que para que una paz «firme y estable» tiene «un alma» que es la reconciliación. «Es necesaria la reconciliación para una pacificación verdadera y completa», ha destacado el obispo que ha indicado que la experiencia de otros procesos de paz «nos enseña que, conseguida la paz, suele con frecuencia descuidarse la reconciliación. Y eso no debe suceder entre nosotros».
Juan María Uriarte considera que la reconciliación no consiste «en que los enemigos de ayer se conviertan en amigos. Ni en el olvido de las injusticias y el sufrimiento infligido. Ni siquiera en que las partes enfrentadas compartan una misma interpretación sobre la naturaleza y el origen de la confrontación que han sostenido».
Según monseñor Uriarte, «el elemento esencial de la reconciliación es la voluntad firme y sostenida de deponer una forma de relación destructiva y asumir con decisión una forma constructiva de reparar el pasado, de edificar el presente y de preparar el futuro. Esta voluntad está asentada en sólidos criterios éticos compartidos, entre los cuales sobresale la primacía de la vida, la integridad y la dignidad inviolable de la persona humana por encima de todas las causas patrióticas y razones de Estado».
El obispo ha añadido que «en algunos no deja de suscitar suspicacias y resistencias la idea misma de la reconciliación como contraria a la justicia, olvido de las víctimas, y ocultamiento de la verdad». A pesar de ello, monseñor Uriarte aboga por sostener que la auténtica reconciliación «reclama la verdad, postula la justicia, exige el reconocimiento de las víctimas, al mismo tiempo que humaniza la concreta realización de todos estos valores y aporta otros como el espíritu dialogante y el perdón ofrecido y demandado».
EL MUNDO, 6/10/11